Khamis escapa a un ataque de la OTAN

Aunque fuentes rebeldes aseguraron ayer que el odiado benjamín del coronel «había muerto junto a 32 de sus hombres» en el frente de Zlintán, a 160 kilómetros al sudeste de Trípoli, portavoces del Gobierno gadafista desmintieron categóricamente la información. La OTAN, por su parte, se limitó a confirmar el bombardeo «de un centro de mando» gubernamental en la zona, así como de otros objetivos. No es la primera vez que los rebeldes anuncian la muerte de Khamis. En marzo, afirmaron que un piloto desertor había atacado con cohetes su vehículo.

«El hijo menor de Gadafi sigue vivo. Su muerte es una noticia falsa que se han inventado. Una sucia trampa para encubrir su crimen en Zlitán: el asesinato de la familia Al Marabit durante el bombardeo», afirmaba ayer un colérico portavoz del Gobierno libio. Periodistas occidentales fueron llevados a la zona por el servicio de propaganda de Trípoli y pudieron ver los cadáveres de dos niños pequeños, pero les fue imposible confirmar cómo se había producido la tragedia.
La polémica, sin embargo, refleja la importancia estratégica que ha tomado la ciudad de Zlintán, envuelta en los combates desde hace más de un mes. La brigada de Khamis Gadafi, que antes de la guerra estaba compuesta por más de 10.000 hombres y era considerada la base del sistema de seguridad del régimen, no sólo era la más potente del Ejército, sino, prácticamente, la única unidad con su dotación de armamento y vehículos al completo. Al parecer, la brigada es la principal reserva estratégica del régimen y se la despliega cuando el resto de las unidades se ven incapaces de contener los avances rebeldes. En Zlintán, que estuvo a punto de caer a primeros de julio, los hombres de Khamis consiguieron restaurar el frente. Según fuentes hospitalarias rebeldes, más de doscientos insurgentes han muerto en los combates por la ciudad.

La OTAN ha intensificado los bombardeos en la zona. El jueves, según el parte oficial, la aviación británica llevó a cabo cinco misiones de bombardeo en los alrededores de Zlintán contra objetivos como depósitos de municiones, baterías de lanzacohetes y sistemas de misiles antiaéreos. Sin embargo, fuentes rebeldes señalan que también se llevan a cabo misiones de apoyo directo para dislocar los contraataques gadafistas.

En general, la guerra civil en Libia está estancada.