Actualidad
La alta cocina a cuchillo
«En crudo»Anthony BourdainRBA. 355 páginas, 22 euros.
Ácido, cínico, culto, despiadado... No deja títere con cabeza ni «cerdo sin San Martín» tanto en fogón propio como ajeno. Continúa la senda contra-cultural que abriera con sus «Confesiones de un chef». Anthony Bourdain, este infiltrado con pluma de catana que convierte las cocinas de medio mundo en su propio San Valentín Sangriento, como un Hellrraiser que desentrañara la cara sórdida del loado mundo de los cuatro tenedores.
Empieza por satirizar sobre sí mismo, abriéndose las entrañas en un harakiri íntimo, hablándonos de su afición a la botella, al carísimo polvo blanco, al sexo o sus intentos de suicidio. Para, una vez abierta su vida de par en par, airear las entretelas de los grandes fregaderos del mundo. Como un perro de presa rabioso y mordaz, desentraña la estupidez que rodea al universo del mantel de hilo, la nueva cocina o el Slow Food.
Torquemada gastronómico
Con la lenta técnica de un Torquemada gastronómico, se mofa de los popes intocables y reivindica los sabores genuinos, como la sopa pho de Hanoi, la oca asada de Hong Kong, la lengua de ternera de Puebla o las angulas de Aguinaga. También encuentra hueco para hablar de los terribles desafíos de un restaurante en tiempos de crisis, censurar a los vegetarianos, denunciar a la industria de la carne y compartir el temor de que su hija sucumba a los MacDonalds...
El amor por los alimentos y el gusto por derrocar el establishment culinario encuentran idéntica proporción en estas páginas que se devoran con la misma pasión que unas cocochas de Arzak. Entre tanta novedad pastoril y políticamente correcta, se agradece un navajero del continente y el contenido como Bourdain.
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