Tarragona
Trànsit intensifica los controles para reducir la siniestralidad de motoristas
Más controles, radares y patrullas de paisano son algunas de las medidas que hoy se ponen en marcha.
Hasta el 31 de agosto de este año, 35 motoristas han muerto en las carreteras catalanas. Teniendo en cuenta que en los últimos años, no se ha conseguido reducir la siniestralidad en los vehículos de dos ruedas, el Servei Català de Trànsit (SCT) y los Mossos de Esquadra presentaron ayer una batería de medidas para reducir los accidente de motoristas.
Controles en carreteras los fines de semana, radares móviles, patrullas de paisano para detectar infracciones y un helicóptero de vigilancia desde el aire son algunas de las estrategias del plan que se inicia hoy hasta finales de octubre. «El objetivo es concienciar a los motoristas y al resto de los conductores, y cambiar la tendencia en las cifras de accidentes de este tipo de vehículos de dos ruedas», explicó el director del SCT, Joan Aregio, desde julio muy preocupado por el alarmante número de muertos en estos accidentes. De hecho, los accidentes de motocicletas en el primer semestre de 2011 se triplicó respecto al 2010, al pasar de 8 a 23 víctimas mortales, situando la siniestralidad en este tipo de vehículos en los alarmantes registros de 2009.
Las vías con más accidentes
Para este dispositivo cada fin de semana se asignarán 379 agentes policiales, se harán un total de 245 controles y se instalarán una quincena de radares móviles y radares en línea en las carreteras en coches de paisano. El plan se llevará cabo en las vías en las que ha habido más accidentes mortales: la C-17, la C-31, la N-II, la C-58 y la C-55 en Barcelona, la N-260, la C-63 y la C-65 en Girona, la N-260 de Lleida y la N-340 y la N-420 en Tarragona, que suman un total de 1.146 kilómetros.
También, en los cursos de movilidad segura de las autoescuelas se introducirán consejos de seguridad para motoristas y se pondrá en marcha una campaña radiofónica dirigida tanto a conductores de turismos y como de motos.
Según un estudio elaborado por tráfico, el perfil del motorista accidentado es el de un hombre de entre 35 y 45 años, que conduce motos de alta cilindrada, por encima de 500 cc., que salen a la carretera a disfrutar de la moto entre las 12.00 y las 16.00 horas.
Según esta radiografía, en el 40 por ciento de los accidentes no hay otro vehículo implicado y el 21 por ciento se produce en una intersección. Además, las caídas y los choques frontales son los tipos más frecuente de siniestro en un vehículo de dos ruedas.
Juan Manuel Reyes, presidente de Mutua Motera, entidad que junto con el Real Automóvil Club de Cataluña (Racc) participa en este plan, recordó que en diez años el parque de motocicletas en España ha pasado de 1,48 a 2,6 millones de motos, un 75 por ciento más. «En ese período la siniestralidad se redujo sólo un 15 por ciento», resaltó Reyes. En el caso de los coches, sin embargo, en el mismo período el parque de turismos creció un 21 por ciento y la siniestralidad ha bajado un 50 por ciento.
«De cada cien accidentes de moto con otro vehículo implicado, en el 66 por ciento de los casos la culpa no es del motorista», añadió Reyes que reclamó medidas a corto plazo para luchar contra los accidentes y «una cultura de la visibilidad del motorista».
Por su parte, para el presidente del Racc, Sebastià Salvadó, «la conducción de los coches es distinta cuando esta persona ha llevado moto».
En esta misma línea, el Ayuntamiento de Barcelona, segunda ciudad europea con más motos por habitante, también tiene puesto en marcha un plan para luchar contra la accidentalidad de los motoristas, con el que quiere reducir en un 30 por ciento sus accidentes mortales hasta 2013.
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