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El «sabio» de la crisis alerta de nuevos riesgos

Con más de tres años de reformas a la espalda tras la gran recesión económica, que causó la pérdida de 11 billones de dólares de familias estadounidenses y un rescate en Europa de más del 13% del PIB, «muy poco ha cambiado».

La Razón
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Sin ambages ni medias tintas, Phil Angelides, el presidente de la comisión que investigó las causas de la crisis en Estados Unidos y su contagio al resto del mundo, dejó claro ayer en el Parlamento Europeo que los males del sistema financiero en su país siguen presentes o han empeorado, debido al aumento de la concentración bancaria.

Se trata de los males que provocaron posteriormente la crisis económica y su extensión al ataque de la deuda soberana (que se ha cobrado en Europa los rescates de Grecia, Irlanda y, más recientemente, Portugal). Con el cuadro pintado por el antiguo tesorero del Estado de California, no resulta difícil imaginar que la crisis se pueda repetir, porque, a su juicio, el mismo pecado original continúa, sobre todo en Estados Unidos: la falta de supervisión eficiente.

Si en los años previos a la crisis fue la alergia del presidente de la Reserva Federal, el todopoderoso Alan Greenspan, a la regulación lo que desbocó en un mercado financiero oculto, que era mayor que el de las operaciones tradicionales, y en el que entre otras cosas se apostaba sobre el impago de las hipotecas de familias insolventes, ahora es el recorte de los republicanos a los fondos el que impide que los comités supervisores cuenten con el músculo suficiente para vigilar este mercado de «derivados».

Asimismo, en Europa, la UE ha creado una nueva arquitectura de guardianes, con más poderes que los reguladores europeos previos. Sin embargo, para Angelides, la solución pasa por crear un supervisor independiente global con poderes reales, dada la naturaleza del sistema financiero actual. Porque, como concluyó el informe que su propio comité presentó en enero, la crisis se podía haber evitado. Esto significa que los reguladores americanos, es decir, Greenspan, obviaron las señales.

Además, a su juicio, si no se actúa, se tendrá una nueva crisis en la que, como en ésta, «no hay correlación entre quién causó la crisis y quién está pagando sus consecuencias».