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Al ritmo triste del lamento de Lorca

La Razón
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Hasta hace poco, éramos capaces de llegar a los sitios sin GPS; y, si eras chico, sin siquiera preguntar aunque le dieras cuatro vueltas a la manzana. El lugar que antes se destinaba a los callejeros y los mapas de Michelín lo ocupan ahora algunos clínex y un montón de cachivaches. Hasta hace poco, la comunicación entre las caravanas electorales de los partidos políticos se hacía de compañero a compañero de medio, o escrutando las crónicas, o buscando espías en uno y otro lado para que contaran lo que no se podía leer entrelíneas: el estado de ánimo, el ambiente en los actos, las previsiones… Una pequeña información suponía un triunfo, una promesa de cambio de estrategia, una cábala descifrable sólo por los iniciados. Pero aquel misterio apto para los muy expertos ahora ha sido sustituido por twitter. Las caravanas de prensa ya no tienen secretos, ni ocultan los datos que necesitan los estrategas. Entrar en las etiquetas #camPPaña y #buspsoe supone enterarse de todo, incluso de lo que hasta el momento no sabían ni los jefes. Me vale el ejemplo de este twitt –de cuya autoría conservo anonimato–: «GRAN encuentro entre caravanas #buspsoe y #camPPaña en Oviedo. Admito q los periodistas q cubren PP nos ganan x goleada en baile». Ya sabíamos que las campañas eran duras y agotadoras…

En resumen, en #buspsoe han pasado la primera semana preocupados por los pinchazos de Zapatero en los mítines, hasta que alguien se puso las pilas en Santander y dijo algo así como «o me lo ponéis a reventar u os corto los… ¡Que ya está bien!». Entonces, se llenó, y la caravana de prensa sonrió a gusto. Por parte de #camPPaña, se han cansado de mandarle recaditos a Arriola y a Rajoy quejándose de que ni pueden hacerle preguntas al líder, ni habla de otra cosa que no sea Economía, lo que supone que los mítines son una tabarra de caerse para atrás; ya no saben cómo titular… Y poco más. Eso: que, cuando se juntan, ¡bailan!
Este planeta creativo no estaba ayer para bailes. Como toda España, anduvo mohíno con la desgracia de Lorca. Lo más, lo más, fue una ligera crítica a la avalancha de políticos en la zona siniestrada, pero no llegó lejos porque, si no hubieran acudido, les habrían criticado con verdadera saña. Me vale como resumen el twitt de @Mangeliso: «Es lógico que los políticos vayan a Lorca. Que traten sacar rédito electoral NO. Qué falta de sentido común». Y una interesante información de @almuariza: «Desde el 11 de marzo en Japón ha habido 440 terremotos como el de Lorca». ¡Vaya tela!