Generaciones jóvenes

Desde que España entró en la entonces Comunidad Económica Europea (CEE) hace más de un cuarto de siglo, la mayoría de sus habitantes hemos vivido una época de crecimiento económico sostenido en la que ha mejorado, y mucho, nuestra calidad de vida. Aunque es verdad que a lo largo de este periodo de tiempo ha habido momentos puntuales de crisis y retroceso, la tendencia general de fondo ha sido buena y hemos llevado una existencia mejor que las generaciones que nos precedieron. Sin embargo, ahora la cosa ha cambiado y nos encontramos frente a una crisis de todo tipo muy profunda y duradera, que se prolonga desde hace casi cinco años. Cada vez está más claro que pasará mucho tiempo antes de que el conjunto de la sociedad pueda volver a tener una calidad de vida similar a la que había en 2007, por ejemplo. Llegados a este punto, existe la duda sobre la reacción de las generaciones más jóvenes, desde los cuarenta años para abajo, que se encuentran por primera vez en su vida con una parte de sus proyectos truncados. El trauma puede ser enorme y se ve agrandado por dos hechos. El primero, que se trata de las generaciones más formadas de la historia de España. El segundo, que me temo que en su proceso educativo nadie les ha preparado para hacer frente a una situación en la que las cosas podían ir a peor, como ha sucedido. ¿Qué van a hacer? ¿Cómo van a reaccionar? ¿Por dónde saldrán? La realidad es que somos menos ricos de lo que creíamos y toca apretarse el cinturón. ¿Lograremos todos, pero especialmente los más jóvenes, adecuarnos a las nuevas circunstancias? Es la gran duda del momento.