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Bisbal se decanta por lo natural por Miguel Temprano

La Razón
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El almeriense de los «rizos de oro» ha conseguido demostrar que su gusto se ha refinado. Ha cambiado a la mujer que le llevó a ser un feliz padre para sustituirla por un clon, pero sin trabajos extra de especialistas. Me explico: Raquel Jiménez es la belleza natural; Elena Tablada, para ser como es, tuvo que recurrir a «retoques». De ahí su parecido a su madre y a su abuela: puede que fueran juntas al mismo «restaurador».
David ha madurado mucho con la paternidad y, sobre todo, con la separación. Raquel le ha caído del mismísimo cielo, es un ángel que apareció en su vida de forma imprevista un día de la pasada primavera. Desde entonces ha sido muy discreta, silenciosa. Pero Elena y su clan hicieron demasiado ruido y eso no gustó a Bisbal y a su entorno. Lo que Tablada no consiguió nunca, Raquel lo hizo en menos de un año: vestirse de novia. Pero comparemos a ambas mujeres por su físico. Parecen hermanas o primas. Miradas de colores claros y bocas de labios carnosos. Raquel lo ha conseguido gracias a la genética y Elena a la inversión de la familia. Y hablando de familia. Los Bisbal son gente humilde, trabajadora y discreta. Creo que el clan Tablada se avergonzaba de ellos en Miami durante el bautizo, algo que debió de abrir los ojos a David de forma definitiva.
Para acabar, hablemos de las profesiones de las dos. Elena es diseñadora ¿de qué? ¿Dónde estudió? ¿Con qué firmas hizo sus prácticas? Sin embargo, Raquel es modelo profesional desde hace diez años. Sí, parecen dos gotas de agua por separado. Pero si las juntamos… la «Cenicienta española» supera a la «Princesa de Miami». Yo me quedo con el «estilazo» de Raquel. Detrás de tanta belleza se esconde una mujer muy madura, una madre joven e independiente, libre y, sobre todo, una persona con mucho ángel. ¡Enhorabuena, David!