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Obsesionado

La Razón
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Cristiano Ronaldo es futbolista con notables virtudes y ego subido. Padece una obsesión, que es perturbación anímica producida por una idea fija: marcar goles. Obsesionado por mejorar sus marcas goleadoras y, especialmente, superar al azulgrana Lionel Messi, le lleva a chutar todos los libres directos con la intención de seguir sumando. Ahora, tiene el récord negativo de haber disparado casi treinta veces en lo que va de temporada sin anotar un gol.
Tal fracaso en esta función debería hacer reflexionar a Cristiano, y en lugar de colocarse siempre delante de la pelota, imposibilitando que cualquier otro compañero tome la iniciativa de disparar si llegara el caso, podría permitir, aunque sólo sea de vez en cuando, la oportunidad, por ejemplo, para Xabi Alonso.
No creo que en el equipo no haya más futbolistas capacitados para estos disparos. En una plantilla tan importante hay que suponer que son varios los jugadores con la facilidad para superar las barreras y batir al guardameta contrario. Además de Alonso, supongo que Özil, Benzema, Kaká, Higuaín, Marcelo... La pérdida de tantas oportunidades, que tal vez en alguna ocasión será fundamental transformar una para obtener el triunfo, puede acabar siendo la mayor de las rémoras de un equipo cuya capacidad goleadora nadie puede poner en duda.
Hay un entrenador que a la vista de tal inoperancia debería tomar medidas. Cristiano no es infalible. Se ha demostrado que su mejor condición balompédica no es la del libre directo. Mourinho le concede demasiado mimo que, al tiempo, es déficit para el Madrid. Permitir que Cristiano sea el único lanzador de libres directos es dar ventaja a los adversarios. Ha perdido demasiados sin llamarle la atención.
Posdata. Se recomienda no preguntar a los jugadores del Madrid.