F. C. Barcelona
Con fiebre alta
En el fútbol siempre se ha considerado que todo equipo que se precie ha de tener columna vertebral firme, desde el portero hasta el ariete, sin olvidar el eje de la defensa y el del medio campo. Le sucede al Barcelona que está sin Puyol y sin Piqué y Guardiola tiene que improvisar el centro de la defensa, lugar por el que se quiebra la columna. El Barça encajó un gol en veinte segundos y pasó apuros cada vez que Pato, en el contragolpe, atacó por el centro donde Mascherano y Busquets no estaban en lo que celebraban. Hasta el empate se pensó en lo peor. La igualada final constató la enfermedad barcelonista, que es evidente y la padece.
El equipo barcelonés tosió en Anoeta, donde la Real Sociedad empató al remontar un 0-2, y en el Camp Nou se le detectó fiebre. Cuando un enfermo pasa de lo que los médicos llaman de un estadio a otro, se supone que hay infección. Tal vez el equipo padece un contagio contra el cual siempre existe el antibiótico Messi. Bastó una de sus jugadas para que marcara Pedro y abriera la ilusión. Con el gol de Villa, en libre directo, pareció que se encendían las luces y no fue así.
El Barça dominó, pero lentamente. Acosó la portería del Milán y no encontró el modo de sentenciar el partido. La lesión de Iniesta fue mal síntoma. Puede ser causa de la pretemporada inadecuada, lo que debe ser motivo de reflexión. También ha sufrido lesión muscular Alexis Sánchez. Dinero y salud no siempre van de la mano. Reapareció Puyol y ello dio síntomas de recuperación defensiva. La igualada, con fallo final, no fue justa. El enfermo no mejoró.
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