Actualidad

Sin acuerdo entre la OTAN y Rusia

La Razón
La RazónLa Razón

El país soviético y la Alianza Atlántica malograron el intento de cooperar en materia de defensa antimisiles pero ambos se comprometieron a continuar con el diálogo. ¿Amigos o enemigos? Mientras Anders Fogh Rasmussen, secretario general de la OTAN, afirmó que considera a Rusia un socio y no un enemigo, el país soviético a través de su ministro de exteriores Sergei Lavrov, afirmó: «Estamos dispuestos a dialogar (...), pero si las preocupaciones rusas no se tienen en cuenta, responderemos adecuadamente a todos los niveles». No parecen muy similares, por lo tanto, estos dos puntos de vista. Si la OTAN opta por una posición más pacífica y conciliadora, Rusia se inclina por una opción más beligerante, como también está desarrollando su Gobierno en las calles con los manifestantes. Así, Lavrov, con esa actitud más batalladora, exigió a la Organización Atlántica garantías claras de que el escudo antisimiles no perturbe su «capacidad estratégica ni tenga potencial para hacerlo, porque quiere mantener una estabilidad estratégica». La secretaria de Estado estadounidense Hillary Clinton, respondió que el escudo antimisiles en desarrollo no amenazará la disuasión estratégica de Rusia ni podrá hacerlo. Y añadió: «Francamente no se trata de Rusia, se trata de Irán y otros estados o actores que están buscando desarrollar tecnología de misiles». Pero por otra parte, Clinton, en respuesta a las polémicas declaraciones de Vladimir Putin en las que acusa a EE UU de financiar a la oposición e instigar las protestas, defendió que «ningún aliado dentro de la OTAN va a otorgar a ningún país de fuera de la Alianza un derecho de veto sobre cómo organizar su defensa contra misiles». Sin embargo, el temor real de Moscú ante el escudo antimisiles que prepara la OTAN, es que este sistema implantado en el Este de Europa deje sin efecto una de las claves de su poder de disuasión como es la capacidad de lanzar proyectiles de largo alcance cargados con cabezas nucleares. Estas titubeantes relaciones ruso-estadounidenses que hacen recordar a la Guerra Fría, dejan como esperanza las declaraciones de Rasmussen en las que señaló que «tiene la confianza de alcanzar un acuerdo antes de mayo», mes en el que está previsto que los líderes de la Alianza celebren en Chicago una cumbre.