Crítica de libros

Heroicidades las justas por Marta Robles

La Razón
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Adoro a los héroes…Pero no me gustan. No quiero héroes a mi alrededor. Prefiero la responsabilidad a la heroicidad. Heroicidades, las justas. Ni aunque se exijan profesionalmente. Hoy que lamentamos la desaparición de tres policías a los que un mar rugiente y pavoroso arrancó de la tierra mientras intentaban salvar a un chico que se había lanzado al agua impulsado, según parece, por los vapores de la fiesta y del alcohol, me pregunto si ese mismo joven bratislavo, de Erasmus en La Coruña y de celebración en el día de autos, hubiera dado su vida por ellos.

Es cierto que no se puede dejar a una persona sin socorrer ni aunque sea su inconsciencia la que le ha colocado en el centro del peligro…, pero también lo es que sólo tenemos una vida para arriesgar y que los agentes Javier López, de 38 años, Rodrigo Maseda, de 35 y José Antonio Villamor, de 34 –el primero ya hallado muerto y los otros dos aún desaparecidos–, se han quedado sin ella. Mientras el joven coruñés que también trató de ayudar al eslovaco continúa conmocionado en el hospital tras haber sido testigo de cómo una ola arrastraba sin piedad hasta las profundidades marinas a dos de los agentes, las familias de éstos lloran sus pérdidas. También llora la suya la familia del estudiante Tomás Velicki y lo siento. De verdad. Pero siento más aún que su imprudencia, su desatino y, en definitiva, su insensatez hayan puesto fin a tres historias por escribir, además de la suya. ¿Acaso deberían haber actuado de otra manera los agentes? No. Cumplieron con su obligación. Son unos héroes. Por eso los adoro. Y también los detesto.