Francia
Todos los indicadores empeoran
El Ministerio habla de «normalización» de nuestra economía aunque los datos le dan la espalda.
Todo lo que iba bien en el segundo trimestre del año ya no va tan bien; lo que iba mal, va peor. Ésta es la conclusión del comportamiento de la economía española en el tercer trimestre del año, periodo en el que el PIB se ha estancado en relación con los tres meses anteriores. De acuerdo con los datos difundidos ayer por el Instituto Nacional de Estadística, las familias españolas consumen menos que entre abril y junio; las administraciones públicas, también; la inversión no levanta cabeza ni en bienes de equipo ni en construcción, y las exportaciones y las importaciones desaceleran su crecimiento. El Ministerio de Economía, en su valoración de los datos del INE, ve la botella medio llena, y asegura que la economía ha continuado «en el tercer trimestre del año el proceso de normalización tras la fuerte contracción experimentada en los dos años anteriores».
Los datos de contabilidad nacional del INE confirman que el PIB permaneció invariado entre julio y septiembre, lo que, sin embargo, posibilitó que en los últimos doce meses la actividad económica retornara a tasas positivas del 0,2%, después de siete trimestres consecutivos de contracción. El INE revisó al alza el crecimiento del segundo trimestre desde el 0,2% al 0,3%, lo que agrava de manera indirecta los problemas de los últimos tres meses.
Lejos de Europa
Aunque las tasas de crecimiento intertrimestral son menores tanto en la UE-27 como en la Eurozona, la variación del PIB en los últimos doce meses en España está muy lejos de la alcanzada en el conjunto de la UE-27 (+2,1%) y de la Eurozona (+1,9%).
El 0,2% de aumento del PIB español en tasa interanual a cierre de septiembre está muy lejos del 3,9% de Alemania, del 2,8% de reino Unido, del 2,25% de Austria o del 1,8% de Francia y Holanda.
Y es que el mejor comportamiento de la demanda externa, que pasa de aportar un 0,3% en el segundo trimestre al PIB a un 1,0% en el tercero no ha podido compensar la mayor contribución negativa de la demanda interna (ocho décimas frente a las tres del segundo trimestre), como consecuencia del retraimiento del consumo de las familias tras la subida del IVA en el mes de julio (que adelantó buena parte del gasto de los hogares a la primera mitad del año) y la finalización de los estímulos a la compra de autómoviles, que acumulan un descenso del 25% en los nueve primeros meses del año.
«Proceso de normalización»
Los ocho grandes conceptos que contribuyen al PIB se han comportado mucho peor entre julio y septiembre que entre abril y junio. Pese a todo, el PIB pudo evitar la contracción y en términos interanuales creció un 0,2% tras casi dos años de recesión. Esta situación la define el Ministerio de Economía como «proceso de normalización». La reducción del consumo de los hogares hay que explicarla en términos positivos porque apuntala una mejora de la confianza de los consumidores; la contracción del gasto de las Administraciones Públicas es «un reflejo de la decidida apuesta del ejecutivo por la consolidación fiscal». Si se exporta menos es por la debilidad de los mercados en donde se concentran las ventas al exterior, no por la situación de la industria.
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