Ni cámpings ni casas rurales sufren anulaciones de reservas por el fuego

Llers- Aunque el incendio de Portbou apenas quemó unas horas, es el que más consecuencias negativas ha podido dejar en el sector turístico. Tras las sobrecogedoras imágenes de los conductores y pasajeros huyendo de las llamas por los precipicios de la zona, y la muerte de dos familiares que saltaron por un acantilado, algunos touroperadores (sobretodo británicos) mostraron su preocupación por las reservas de lo que queda de mes y de agosto. La razón del desconcierto provenía de una imágenes que se habían emitido en Reino Unido bajo el titular «La Costa Brava, en llamas».

«No ha sido positivo encontrarnos con este tipo de noticias totalmente descontextualizadas, pero por suerte la equivocación ya está resuelta y no tenemos cancelaciones», explica el presidente de la asociación de cámpings de Girona, Josep Maria Pla.

La entidad gestiona 78 establecimientos y sólo uno (el de Les Pedres en Capmany) ha estado afectado por el incendio. Otros dos fueron desalojados como prevención, pero al día siguiente todo funcionaba a pleno rendimiento. «Trabajamos con plena normalidad y no ha previsión de bajas, ha sido una semana dura, pero no podemos ser catastrófistas», explica Pla.

El turismo rural tampoco vaticina pérdidas. Ramon Corominas, presidente de la Asociación de Turismo Rural de Girona, indica que ninguna de sus viviendas ha quedado afectada y que no han registrado anulaciones para las próximas semanas. «Estamos muy contentos, aunque el fuego ha borrado parte de la estampa del entorno verde, nuestros clientes siguen confiando en el Empordà», cuenta, y añade que las llamadas de los inquilinos se centraban, sobretodo, en ofrecer ayuda. Pese a todo, desde sendas entidades aseguran que es pronto para valorar el impacto del incendio, y que la evaluación real de la temporada llegará, como siempre, en septiembre.