Melilla
Sin margen de error
Se siente en el ambiente. Se percibe en todos los círculos de opinión que el curso político que ha comenzado por la vía de los hechos va a ser a cara de perro. Sin margen para el error, sin posibilidad de rectificación y con una idea clara: Zapatero y Rajoy se juegan sus respectivos futuros políticos.
La catarata de elecciones previstas ya en el calendario con la posibilidad de un adelanto de las generales que sigue siendo una opción real que el presidente del Gobierno maneja en caso de que las cosas se compliquen, hacen de los próximos meses una auténtica olla a presión, donde no se va a perdonar absolutamente nada.
Además, Zapatero tiene a la vuelta de la esquina los Presupuestos Generales del Estado; combinaciones parlamentarias hay muchas, pero todas a un alto precio y con un complicadísimo juego a siete bandas. El Gobierno no puede permitirse el lujo de prorrogar las Cuentas del Estado con esta crisis galopante, por lo que en ese terreno se tienen que mover con un cuidado absoluto. Un paso en falso puede provocar el final estrepitoso de la Legislatura. Zapatero necesita obligatoriamente tener los números en orden y realmente a estas alturas hay que decir que tiene encima un laberinto sin salida.
El panorama político de estos momentos no se acaba aquí. Tenemos entre manos la evidente crisis de Gobierno que Zapatero tiene también que realizar y que, sin calendario fijado, no puede demorar mucho más. El Ejecutivo actual está quemado, sin fuelle y sin resistencia. Sobran muchos y otros no existen. El presidente necesita un Gobierno que le pare los golpes y evite un desgaste que ya se ha convertido en parte del paisaje diario de La Moncloa. Esa crisis, de la que nadie duda, puede ejecutarla antes o después de la batalla de Madrid. Si los cambios son antes, ¿qué hace con Trinidad Jiménez? Si espera a las primarias madrileñas, puede ser demasiado tarde. Un dilema en el que haga lo que haga tiene muchas posibilidades de equivocarse. Simplemente por una cuestión de estrategia política. El nuevo Gobierno de Zapatero no puede nacer de mala manera. Se juega demasiado.
En fin, éste es el panorama en el Ejecutivo, sin olvidarnos de otras cuestiones como el Estatuto de Cataluña, lo ocurrido en Melilla este verano o las ya citadas primarias de Madrid, que pueden tener un efecto más fuerte del previsible.
Y con este Gobierno a tientas: ¿qué tiene que hacer la oposición? Para empezar algo muy sencillo: no confiarse. Pensar que la crisis económica y las circunstancias van a derrotar a Zapatero es un error. El presidente ha demostrado capacidad de reacción. Si Mariano Rajoy y los suyos se dejan llevar por la corriente de la complacencia, se equivocan. Están en el punto crucial y ahora tienen que pasar al ataque. Eso no significa una beligerancia trasnochada, pero sí tiene que traducirse en una beligerancia inteligente. En su punto.
✕
Accede a tu cuenta para comentar