Carreteras
Cerca de 300 cadáveres se quedan sin reclamar cada año en Valencia
El Cementerio General de Valencia custodia en el osario los restos rechazados por los familiares.
VALENCIA-El Cementerio General de Valencia realizó el año pasado 6.463 servicios, de los cuales, 3.454 fueron incineraciones, es decir, el 53 por ciento. El resto correspondieron a inhumaciones tradicionales. Unas cifras que evidencian que la cremación se impone año tras año como hábito de sepultura.
Y dentro de este apartado, prevalece la custodia familiar de las cenizas, que alcanza el ochenta por ciento de los casos. «Ya sea por cuestiones culturales o también por la crisis, que influye, cada vez son más las familias que optan por llevarse a casa los restos», explica al respecto Fernando Garrigós, jefe de Servicio de Cementerios. De hecho, en los últimos tres años ha experimentado un crecimiento cercano al cuatro por ciento.
Luego está la opción de los nichos, la sepultura o el panteón, a los que se suma el osario, que es donde van a para los restos que nadie reclama. Algo que ocurre en casi el cinco por ciento de los casos, es decir, unos 300 cadáveres o urnas se quedan cada año sin reclamar por las familias que, no obstante, sí han pagado previamente el servicio funerario. Y aquí, además de los motivos, sanitarios o culturales, aparecen de nuevo los económicos.
El precio de morirse
La oferta fúnebre es variada. Existen los nichos columbario para urnas, donde por un precio de 220 euros, los restos descansan durante cincuenta años. Los nichos para féretros, por su parte, cuestan 900 euros el mismo período de tiempo. Pero como novedad, el Cementerio General de Valencia oferta desde ya -aún no se ha vendido ninguno- columnas columbarias a 5.142 euros, que dan cabida a una veintena de urnas y que se convierten en una alternativa al panteón más tradicional. De éstos, en las últimas dos décadas apenas se han construido unas decenas, ya que se trata de una de las opciones más caras. En este punto, Garrigós avanzó que en breve se sacará a la venta suelo para este fin.
Asimismo, para aquellas personas que no dispongan de medios económicos suficientes para dar sepultura a sus seres queridos, el Ayuntamiento de Valencia ofrece, previa acreditación de los servicios sociales, los conocidos como entierros de beneficencia. Un apartado al que, según Garrigós, son especialmente sensibles desde la Concejalía que dirige Lourdes Bernal.
La muerte de vacaciones
En el Cementerio General operan unas sesenta empresas funerarias que originan una media de 18 servicios al día, con máximos de hasta 45. Y es que, en el negocio de la muerte, también existe la hora punta y la temporada alta. De hecho, los meses de marzo, abril y septiembre son los que mayor volumen de negocio generan. Sin embargo, en los festivos de los meses de verano, la actividad desciende. La muerte parece que también se toma vacaciones en agosto.
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