El PP señala al Gobierno por la fuga de Troitiño

Durante su visita a los oficios de Semana Santa en Alcázar de San Juan (Ciudad Real), la secretaria general del Partido Popular y candidata a la Junta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal insistió ayer en que «el Gobierno tiene que asumir su responsabilidad» en la fuga del terrorista, ya que a su juicio, el Ejecutivo tenía que haber puesto vigilancia al terrorista una vez que salió de la cárcel.

Para Cospedal, «hubiera sido lo lógico, lo normal, lo profesional y lo que le habría correspondido hacer a un ministro del Interior», en referencia al seguimiento a Troitiño. Y es que la dirigente popular señaló que existen muchas otras ocasiones en las que «se pone vigilancia cuando no hay un procedimiento terminado», por lo que con el terrorista habría que haber hecho lo mismo a la vista de los 22 asesinatos por los que fue condenado.

Además, sobre el supuesto chivatazo a ETA en el bar Faisán, la secretaria general del PP cree que es «una losa muy importante sobre el vicepresidente y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba y que debería haber presentado su dimisión. En una entrevista a Ep, desveló que su partido se plantea «llegar hasta el conocimiento final» del caso, con el fin de que los españoles «puedan saber toda la verdad acerca de lo que ocurrió en el bar Faisán». En este soplo a ETA «ya hay» una responsabilidad política «como mínimo» y, por lo tanto, Rubalcaba «debería dimitir» aseguró la número dos del PP, que recalcó que «esto pasaría en cualquier país democrático».

Pero María Dolores de Cospedal no fue la única dirigente popular en continuar el rifirrafe con los socialistas por la fuga del etarra Troitiño. El secretario de Comunicación del Partido Popular, Carlos Floriano, aseguró también que los «insultos que vierte» el ministro de Fomento, José Blanco, contra Mariano Rajoy y el PP demuestran un «comportamiento propio de alguien que pretende dinamitar el Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo e implantar un clima de crispación». Y es que para el Partido Popular, Blanco trata de tapar «el fracaso del Gobierno socialista a la hora de resolver los problemas de los españoles» y utiliza «la política antiterrorista como burladero».

...mientras el PSOE le tacha de antipatriota
El vicesecretario general del PSOE y ministro de Fomento, José Blanco, continuó el rifirrafe y no dudó en llamar «cobarde» al líder del Partido Popular, Mariano Rajoy, porque, según él, no le preguntará a Zapatero en el Congreso de los Diputados por la excarcelación de Troitiño. «Veréis cómo no es capaz de preguntarle por qué los jueces excarcelaron a Troitiño», proclamó Blanco en un acto electoral en Pontevedra, porque a su juicio «le caracteriza tirar la piedra y esconder la mano. Ése es Mariano Rajoy.

Ya lo veréis, es un cobarde», afirmó.
El vicesecretario general de los socialistas, que acudió a la localidad pontevedresa de Isla de Arousa para respaldar al candidato socialista a las próximas elecciones, acusó a los populares de utilizar la lucha antiterrorista para criticar al Gobierno. «Basta de insidias en la lucha contra el terrorismo, de infamias contra el ministro del Interior y de falsedad sobre la situación económica de España», afirmó Blanco, que además «exigió» a los dirigentes populares «un poco de patriotismo y de sentido de Estado y menos cálculo electoral, aunque sea pedir demasiado».

Y es que la fuga de Troitiño ha acrecentado la tensión entre ambos partidos. Tal es así que la réplica a las declaraciones de Carlos Floriano en las que sugería que Blanco promovía «un clima de crispación» no tardó en llegar. Así el secretario de Política Municipal del PSOE, Antonio Hernando, afirmó que es «un ejercicio de hipocresía política digno de un Oscar», toda vez que recordó «el rosario de dirigentes del PP que se han dedicado estas semanas a utilizar el terrorismo como arma electoral», en referencia a las palabras de Carlos Iturgáiz y de Jaime Mayor Oreja.

Por último, Hernando arremetió contra el PP al señalar que el comportamiento del PP en materia antiterrorista «no tiene precedentes en nuestra democracia». Y es que, a su juicio, «nunca antes» el principal partido de la oposición «había actuado con tanto cinismo y deslealtad en un tema de Estado» en el que los demócratas «deberíamos estar unidos», afirmó.