Literatura
Éxito se escribe con «X»
Resulta curioso que la obra de Percival Everett (que incluye relatos, novelas, poemas y un libro para niños) haya permanecido inédita en España durante años y que ahora, con su primer libro traducido, se convierta en un autor original, auténtico, y que lo haga, además, con una novela que tiende a borrar los límites que separan (o que unen) la autenticidad de la parodia, los hechos del relato de los hechos.
No tan rara si se piensa que Everett ha escrito sobre Vietnam, el béisbol o los indios americanos, «X» es, en ese sentido, una novela dentro de una novela que se propone contar lo que le pasa a un escritor negro que ronda los cuarenta años y se siente presionado para escribir una obra en la que no cree en medio de un mundillo literario que reclama resultados, entretenimiento. Porque a Monk, el protagonista, le gustan otras cosas. Le gusta pescar y hacer novelas experimentales a lo Noveau Roman. Ha claudicado de una familia disfuncional de médicos y ha preferido hacer oídos sordos al mandato parental para ejercer un oficio que ningún familiar entiende o, peor, que a nadie le importa.
Ni siquiera a sus editores, que le rechazan sus manuscritos (adaptaciones de Eurípides y parodias del postestructuralismo francés) y le exigen que escriba historias reales sobre un hombre negro en EE UU. Así, entre el deseo de ver su obra publicada y seguir trabajando como académico, Monk sucumbe a la presión: se inventa un nombre y escribe una novela, convencido de que ha hecho una obra mediocre. El libro es un éxito. ¿Una crítica al mundo literario del cual forma parte? ¿Una radiografía del nivel intelectual en los ámbitos intelectuales? «X» puede ser leída en esa clave y en muchas otras más: una novela inteligente que, entre la narración clásica y la propuesta moderna, pone en jaque los cimientos sobre los que se sustenta cualquier cultura, toda identidad.
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