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La OMS alerta del infradiagnóstico de la tuberculosis infantil

La tuberculosis esta infradiagnosticada en niños desde que nacen hasta los 15 años por el escaso acceso a los servicios de salud que hay en determinados países o porque los profesionales sanitarios que les cuidan no cuentan con suficiente formación para reconocer signos y síntomas de tuberculosis en ese grupo de edad.

Esta es la advertencia que han realizado de cara al Día Mundial de la Tuberculosis, que se celebra este sábado, 24 de marzo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Stop TB Partnership, que apuestan para mejorar la formación de los profesionales y por armonizar los diferentes programas que atienden a estos niños.

Según ha destacado el director del Departamento para Frenar la Tuberculosis de la OMS, Mario Raviglione, "se han hecho progresos contra la tuberculosis". En concreto, las tasas de mortalidad bajaron un 40 por ciento en comparación con 1992.

"Sin embargo, desafortunadamente, en gran medida, los niños se han dejado detrás y la tuberculosis infantil continúa siendo una epidemia escondida en la mayoría de los países", apunta, recordando que "es hora de actuar y mejorar en todas partes".

Para la secretaria ejecutivo de Stop TB Partnership, Lucica Ditiu, "unos 200 niños mueren cada día de tuberculosis", a pesar de que "costaría menos de 4 céntimos diarios darles terapia para prevenir que caigan enfermos con tuberculosis"y de que "con 50 céntimos al día se curaría su enfermedad".

"Pero antes de que podamos dar prevención o tratamiento, tenemos que encontrar a los niños con alto riesgo de desarrollar tuberculosis y esto sólo se podrá hacer si los gobiernos, la sociedad civil y el sector privado trabajan juntos", anota.

DIFICIL DE DIAGNOSTICAR EN PAISES POBRES

La OMS reconoce que la tuberculosis puede ser difícil de diagnosticar, sobre todo en los países en desarrollo, donde se utilizan métodos de detección de la enfermedad desarrollados hace 130 años.

En este test, los pacientes deben proporcionar una muestra de esputo, que se observará después con microscopio para ver si está la bacteria. Sin embargo, apuntan, "los niños pequeños son generalmente incapaces de producir una de esta muestras"e incluso cuando se consigue, a menudo no contiene esta bacteria en cantidades detectables.

Estudios recientes han mostrado, sin embargo, que cuando los programas de salud comienzan observando a los niños con tuberculosis, encuentran muchos más casos de los esperados.

En este sentido, la OMS y Stop TB Partnership apuntan tres claves de acción para mejorar la atención a la tuberculosis y prevenir las muertes de niños. La primera es examinar a todos los niños expuestos a tuberculosis a través del estudio de alguien que viva con ellos.

Si están muy enfermos o con VIH, el tratamiento contra la tuberculosis debe administrarse de forma inmediata si tienes los típicos síntomas, incluso a pesar de que no se cuente con un diagnóstico definitivo.

Asimismo, apuestan por proporcionar tratamiento preventivo con isoniazid a todos los niños en riesgo de contraer tuberculosis pero que todavía no tengan la enfermedad. Además, defienden la necesidad de formar a todos los trabajadores sanitarios para atender a embarazadas, bebés y niños y que puedan evaluar en ellos su riesgo de tuberculosis y sus síntomas y proporcionales el tratamiento adecuado.

UNAS 70.000 MUERTES POR TUBERCULOSIS

Al menos medio millón de bebés y niños enferman de tuberculosis cada año y cerca de 70.000 morirían por esta enfermedad. Los niños con un mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad son los menores de tres años y los que tienen malnutrición severa o problemas en el sistema inmune.

La tuberculosis más común afecta a los pulmones, pero también puede afectar otras partes de cuerpo. Los niños y jóvenes tienen un riesgo especial de padecer las formas más graves y mortales de esta patología, como la meningitis tuberculosa, que puede causar ceguera, sordera, parálisis o discapacidad psíquica. Tanto niños como adultos son vulnerables a desarrollar resistencias a los fármacos de la tuberculosis, que requieren costosos tratamientos con graves efectos secundarios.

En la actualidad, sólo existe una vacuna disponible contra la tuberculosis, se denomina BCG (Bacillus Calmette-Guérin) y ofrece una protección limitada, solo contra las formas más graves de tuberculosis, como la meningitis tuberculosas, en niños pequeños. Sin embargo, BCG no proporciona protección a largo plazo contra la tuberculosis pulmonar, y no es segura para niños con VIH, por lo que los científicos buscan vacunas más efectivas contra todas las formas de la enfermedad.