Nueva York

La mezquita de la discordia

Nueve años después, la Zona Cero despierta los fantasmas de EE UU

La mezquita de la discordia
La mezquita de la discordialarazon

A media tarde Aiesha Ali, de 25 años, siente la necesidad de rezar. Al estar en las inmediaciones de la Zona Cero, decide acudir a la mezquita que tanta controversia ha desatado en las últimas semanas y que se ha convertido en la moneda de cambio entre el pastor Terry Jones y el imán Feisal Abdul Rauf.

Mientras todos los medios de comunicación tienen sus ojos puestos en la polémica quema de coranes en Gainesville, Florida, Aiesha acude junto con su marido Nuh y su hermano pequeño a rezar. Allí, Kamal, un afroamericano de dos metros, recibe cordialmente a todo el que quiera entrar en este centro. Su altura hace suponer lo que él confirma: «Sí, soy el guardia de seguridad. Si quiere rezar puede quitarse los zapatos, dejarlos ahí y entrar. Pero todavía no hemos abierto del todo», admite.

Este centro, el proyecto Iniciativa Córdoba, se inauguraría el año que viene si finalmente Donald Trump no compra los terrenos o si se cumple el sueño del pastor de Florida: que lo reubiquen en otro lugar, menos próximo a la Zona Cero. Sobre los planos, están dibujados una piscina, un restaurante, una librería y, por supuesto, una mezquita. Pero de momento, en el número 45 de la calle Park Place, sólo se puede acudir a orar. Kamal se ocupa de que las cosas estén tranquilas. Sobre todo estos días que acuden a manifestarse a la misma puerta personas a favor y en contra de este centro musulmán.

El promotor Sharif el-Gamal acaba de hacerse con el edificio. En la parte dedicada a la oración se extiende una gran moqueta. El espacio es amplio, sus paredes blancas están sucias, pero parece que Aiesha lo considera suficiente. Se coloca en la parte trasera de la zona designada a las mujeres. Varios metros delante, junto al imán, están los hombres.

Una vez que ha concluido sus oraciones, Aiesha pide permiso a su marido para hablar con nosotros. Nuh accede. «Pero, nada de fotos», advierte. La joven explica que «es triste lo que ocurre. El islam defiende la paz. Y todo lo ocurrido durante el 11-S lo están utilizando contra nosotros», concluye. Va vestida de negro de pies a cabeza. Apenas se pueden intuir las formas de su cuerpo y lleva un velo que cubre su cara. Sólo se percibe que tiene los ojos oscuros. Averiguamos que es de Nueva Jersey. En la puerta del centro también está el afroamericano Tony Davis, un pastor cristiano que ha ido a manifestarse a favor de la mezquita. «Esto es muy importante. Estoy aquí por los derechos de la Constitución. La economía de este país no va bien y los radicales conservadores quieren aprovechar esa circunstancia. El 20% de los estadounidenses piensa que Obama es musulmán», dice Davis, que considera que el país está volviendo al antiafromericanismo de los años 60.

Omar Butt, de 29 años, considera que el debate es exclusivamente político. Precisamente este centro ha recibido el apoyo de la clase política. Sin mencionarla de forma directa, el presidente Obama pronunció hace semanas un discurso donde hizo referencia a la libertad religiosa en EE UU.

Mientras, el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg –de religión judía– ha expresado su apoyo a este lugar basándose en los derechos constitucionales. Hace pocos días, indicó que «toda esta polémica terminará el 4 de noviembre, con las elecciones. Estos días los ánimos están encendidos entre los políticos. Los legisladores demócratas se preguntan cómo han podido ceder tantos puntos en las encuestas y los republicanos, preparan su estrategia.

Omar, que lleva nueve años en Nueva York, cree que todo esto «ha sido manipulado por la derecha y la izquierda. Este país es tierra de inmigrantes», asegura este joven paquistání. «Pero también puedo decir que soy neoyorquino porque esta ciudad acepta a todo el mundo. Este debate no es religioso, sino político», asevera.

Lo único seguro es que este proyecto ha dividido a EE UU, que además ha abierto el debate sobre la constitucionalidad del centro.

Según una encuesta del periódico «The Washington Post», la mayoría de los norteamericanos se opone a la apertura de este centro cerca de la Zona Cero. Mientras, el 49% tiene opiniones negativas hacia la comunidad musulmana en EE UU. Este porcentaje tan elevado en contra de los musulmanes en el país ha crecido en los últimos meses y recuerda a las cifras de las encuentas realizadas justo después del atentado del 11-S.


Donald Trump intenta comprar el edificio
El magnate estadounidense Donald Trump realizó el jueves una oferta multimillonaria a los principales inversores del edificio donde se construirá la mezquita, informa Efe. Trump ofreció al inversor inmobiliario Hisham Elzanaty un 25 por ciento más de lo que había pagado por su participación en el edificio en que se instalará el centro «Parque51» o «Cordoba Initiative». Trump alegó además que pretendía con su oferta poner fin a «una situación muy grave», aunque ésta fue rechazada de inmediato, según el diario «The Huffington Post».