Valencia

Los pequeños hoteles bajan precios ante la crisis y la competencia desleal

Denuncian la proliferación de los alquileres ilegales y las webs de intercambio de casas. Este verano facturarán un ocho por ciento menos

Los pequeños hoteles bajan precios ante la crisis y la competencia desleal
Los pequeños hoteles bajan precios ante la crisis y la competencia desleallarazon

Valencia- «Trabajamos muy duro. No es justo que venga otro y se lo lleve». El presidente de la Asociación de pyme hoteleras de la Federación de Hostelería de Valencia (FEHV), Vicente Tadeo, certifica el mal momento que, también, está atravesando el sector turístico pese a las datos que se lanzan desde los organismos oficiales. La crisis, y con ella el aumento de la competencia desleal, les ha llevado no solo a mantener los precios, sino en muchos casos, como en el de los establecimientos cercanos a la playa, a bajarlos.

«Maniobramos con un margen de beneficios muy bajo. Ya no se trata de ganar dinero, sino de no perderlo. Se trata de sobrevivir». Por ello considera que es ahora cuando más deberían perseguirse las prácticas ilegales. En este sentido, lamenta el daño que les están haciendo los alquileres de particulares -propietarios incapaces de hacer frente a la hipoteca- y las páginas webs con servicios para compartir o intercambiar casas. «Se puede hacer este tipo de negocios, pero de manera legal. Que paguen impuestos como nosotros (...) El perjuicio es incalculable».
Sus asociados -hoteles de una, dos y tres estrellas, albergues y hospedería- prevén cerrar esta temporada con hasta un ocho por ciento menos de facturación pese a los «precios competitivos». En Valencia capital, cuenta, «había habitaciones a ochenta euros en estupendos hoteles de tres estrellas durante el fin de semana del Gran Premio de F-1. No es cierto que se llenaran».

En cuanto al futuro, las perspectivas no son nada halagüeñas. La subida del IVA, la ausencia de subvenciones y la escasez de fondos destinados a innovar, marcarán los próximos meses. «Dicen que no subirán este impuesto al turismo. No lo creo. Y, aunque finalmente fuera así, la medida también nos va a afectar, porque yo, como hotelero, tendré que pagar más por el champú, las toallas, el vino... y no podré repercutir la subida en el precio final al cliente, porque dejaría de ser competitivo». Ante este panorama quedan pocas esperanzas, pero no por ello dejan de explorar posibilidades que hagan el año más llevadero. Una de ellas vendría de la mano de los comercios. «Si decidieran abrir los domingos y festivos, como algunos sectores proponen, nos beneficiaríamos todos». A su juicio, no se entiende que en una ciudad tan turística como Valencia estén cerradas sus tiendas cuando vagan por sus calles un montón de turistas dispuestos a gastarse dinero. Clientes que luego podrían cenar en los bares y restaurantes... «Esto es un círculo del que todos formamos parte».

 

El mito del AVE
El impacto económico del AVE Valencia-Madrid no alcanza, «ni para bien, ni para mal» a los hoteles más modestos de la capital valenciana. La puesta en marcha de este servicio de trenes de alta velocidad «no ha supuesto un punto de inflexión», revela Tadeo. «Antes, al menos, si venían a Valencia, se quedaban a pasar la noche. Ahora, pueden llegar por la mañana, visitar la ciudad y regresar a Madrid en el último tren».