Por una reforma justa y eficaz por J Ignacio Conde-Ruiz

Es por todos conocido que nuestro mercado de trabajo no funciona correctamente. Desde el origen de la democracia es la tercera vez que superamos una tasa de paro del 20% y, desde entonces, tenemos una tasa de temporalidad que apenas baja del 30%. Desde el mundo académico, tal como presentamos ayer en Fedea, creemos que ha llegado el momento de reformarlo de forma decidida. En primer lugar, se requiere un cambio radical de las políticas activas para mejorar su gestión y reorientarlas hacia parados de larga duración y jóvenes poco cualificados. Será necesario ligar la percepción de la prestación a la búsqueda activa de empleo o a la formación. Y una vez elevada su eficacia, aumentar los recursos disponibles.

En segundo lugar, es necesario que ganen relevancia los acuerdos alcanzados a nivel empresa y evitar que los convenios se conviertan en auténticas barreras a la creación de nuevas empresas. Para ello es necesario no sólo acotar la eficacia jurídica de los convenios colectivos de ámbito superior a la empresa (favoreciendo el descuelgue), sino también asegurar que los convenios firmados por empresas poco representativas se extiendan a las demás. De esta forma, si un convenio no alcanza un determinado umbral, que debe ser mucho más exigente que el actual, se restringiría su aplicación a las empresas firmantes (las que no estuvieran representadas podrían solicitar voluntariamente su enganche). Por último, es necesario acabar con la temporalidad, que no sólo es injusta socialmente pues condena a muchos trabajadores a la precariedad laboral, sino que también es ineficiente pues no incentiva la acumulación de capital humano. Para ello, los expertos recomendamos la introducción de un único contrato con coste indemnizatorio creciente.
Para que funcione es necesario suprimir la mayoría de los contratos temporales (dejando únicamente el de interinidad).

J. Ignacio Conde-Ruiz
Profesor de la Universidad Complutense y miembro de Fedea