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Confusión

La Razón
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Confieso que estoy confuso. Debe ser cosa de la situación general que nos rodea y en la que reina una gran confusión. Por ejemplo, la Bolsa pegó un subidón el martes, sin que casi nadie pudiese explicar, utilizando la lógica, los motivos de este hecho. Sin embargo, ayer se perdió todo lo ganado y más, aunque esto si es más acorde con lo que está sucediendo. Más cosas: desde el Banco de España van y dicen que hay que subir el IVA otra vez, sí o sí; acto seguido, Elena Salgado, la vicepresidenta económica del Gobierno, respondió algo así como que «de eso nada, monada». Más confusión parecía imposible, pero ya se sabe que toda situación mala es susceptible de empeorar. Es lo que sucedió a primera hora de la mañana, cuando grupos de «incontrolados» rodearon el Parlamento de Cataluña e intentaron impedir que sus miembros entrasen a la sesión plenaria en la que se iban a debatir los presupuestos, mediante insultos y agresiones. Hasta tal punto llegó la cosa que algunos de ellos tuvieron que ser trasladados en furgones policiales de las fuerzas antidisturbios, mientras que el presidente Mas y otros altos cargos llegaron en helicóptero. Cuando preguntaron a Zapatero por estos hechos, dijo, primero, que no le preocupaban, aunque más tarde argumentó que no había entendido la pregunta y aclaró que «me preocupa que se ejerza la coacción y la violencia». Y es que Zapatero debe estar como un servidor, bastante confundido por lo que está pasando, que se debe en parte a su política. En resumen, que me preocupa, y mucho, el estado de confusión en el que vivimos y la sensación de desgobierno que se extiende por doquier.