Actualidad
De la indignación al consenso
Dolores Carrión abandona la Delegación del Gobierno entre críticas a su gestión del 15-M. Todos los grupos políticos destacan la capacidad de diálogo y consenso de la nueva delegada, Cristina Cifuentes
MADRID- Si algo tienen en común la delegada entrante y la que deja el cargo es poner a todo el mundo de acuerdo. Cristina Cifuentes, la décima tercera delegada del Gobierno en Madrid (anteriormente se les llamaba gobernadores civiles) ha conseguido que todos los grupos políticos celebren su llegada al palacio de la calle Miguel Ángel. Dolores Carrión, hasta ayer la máxima responsable de garantizar el orden público en la región, también logró que colectivos enfrentados entre ellos opinaran de la misma forma respecto a ella. Lo cierto es que la crítica negativa sobre su gestión ha sido practicamente unánime. Su paso por la Delegación del Gobierno madrileña ha estado ligada al 15-M –ella tomó posesión en abril, un mes antes de la eclosión del movimiento– y todos sus errores y aciertos han ido unidos a decisiones tomadas con respecto a los «indignados». Su permisividad para con el colectivo, desoyendo instrucciones policiales y quejas de comerciantes y vecinos, que tuvieron que soportar más de dos meses una acampada en la Puerta del Sol, ha sido determinante para que a Carrión ya se la haya bautizado con el sobrenombre de la «delegada indignada». Su aparente simpatía con el movimiento provocó que los sindicatos policiales llegaran a ir a Bruselas a denunciar la «inacción» del Gobierno con los problemas que se estaban dando en Madrid desde la llegada del 15-M.
Durante más de dos meses tuvieron que doblar turnos para «vigilar» a los activistas, permitiendo que les insultaran y hasta les orinaran en las botas sin poder hacer nada porque tenía la orden de no intervenir. Así, los «indignados» se convirtieron en los «niños mimados» de Carrión y todos pudimos contemplar cómo se saltaban constantemente la Ley de forma impune: paralizando desahucios, boicotenado detenciones policiales en Lavapiés, cortando el tráfico o manifestándose sin autorización.
Pero quizás el peor fallo de Carrión fue el pasado verano, cuando autorizó una marcha laica en plana celebración de la JMJ en Madrid. Le aconsejaron que, al menos, modificara el recorrido pero ella permitió que ateos e «indignados» se pasearan por Sol con miles de jóvenes católicos por las mismas calles. Y se lió. Durante un par de noches hubo «batalla campal» con detenidos y se acabó proyectando una pésima imagen de nuestro país al mundo. En definitiva, a Dolores Carrión (que es la segunda delegada que menos tiempo ha durado en el cargo –nueve meses– sólo superada por Miguel Solans, que estuvo ocho meses, de noviembre del 92 a julio del 93) le tocó un tema «importante» con el que lidiar y no supo o no pudo hacerlo mejor. Pero lo que sindicatos policiales, políticos y comerciantes le echan en cara es que no escuchara las advertencias de expertos, que le llegaban desde distintos ámbitos.
Justo lo contario que la que será oficialmente su sustituta el lunes cuando, en un acto a las once de la mañana, Cristina Cifuentes tome posesión como nueva delegada del Gobierno en Madrid.
Seguirá en Twitter
Siempre dispuesta a resolver una duda, a contestar una pregunta, bien sea personalmente o a través de las redes sociales, a defender a capa y espada las políticas de su partido, Cristina Cifuentes –sexta mujer al frente del palacio de la calle Miguel Ángel– lleva una importante delantera a sus antecesoras en lo que a popularidad se refiere. «Como delegada del Gobierno me propongo garantizar el respeto a la Ley y el ejercicio de los derechos y libertades de todos los madrileños», escribía ayer Cifuentes (o @ccifuentes, como se la puede encontrar en Twitter) en su último mensaje en la red social. El mensaje lo leyeron inmediatamente18.489 personas, los seguidores que la hasta ahora vicepresidenta de la Asamblea de Madrid ha ido atesorando y a los que piensa seguir dando respuestas «en la medida que mis nuevas responsabilidades lo permitan :-)». Los que han trabajado codo con codo con Cifuentes destacan su capacidad de trabajo, consenso y, sobre todo, de diálogo. Estudió Derecho, hizo un máster en Administraciones Públicas y es funcionaria del cuerpo de técnicos superiores de la Complutense. Pero lo suyo es la política, su gran pasión, que le ha llevado a formar parte del Comité de Dirección, del Comité Ejecutivo y de la Junta Directiva Regional del PP de Madrid.
«Gran amiga» de Esperanza Aguirre, goza de toda la simpatía de la dirección nacional del PP y ha conseguido lo que pocos delegados del Gobierno en su nombramiento: el reconocimiento de políticos de todos los los grupos tanto a nivel regional como municipal.
✕
Accede a tu cuenta para comentar