La entrevista de Amilibia
«Nuestra economía está esclerotizada»
Leopoldo Abadía saltó a la fama con su primer libro, «La crisis Ninja», donde explicaba de una forma clara y entendible para todos en qué consistió la crisis de las hipotecas subprime. Su lenguaje y su manera de contarlo hicieron que el libro se convirtiera en un fenómeno de ventas a la altura de cualquier best-seller. Ahora saca «¿Qué hace una persona como tú en una crisis como ésta?», donde vuelve a darnos una lección de economía al alcance de todos.
-¿Qué busca con este nuevo libro?
-Dar un manual de economía doméstica. Digo que para salir adelante en estos tiempos hay que crear una nueva moneda, el euro de goma. Es decir, frente al euro gastable estaría el de goma o alargable. Si no es así difícilmente podremos llegar a final de mes.
-Veo que sigue empleando un lenguaje claro para explicar la economía.
-Sí. ¡No se da cuenta de que el otro no lo sé emplear! El día que emplee un lenguaje técnico para escribir un libro de economía no lo compre ni lo lea.
-Hay economistas que dicen que la crisis ya ha tocado fondo, otros aseguran lo contrario, ¿en qué grupo se encuentra usted?
-En el segundo. Esto no ha tocado fondo ni mucho menos, es más creo que estamos ante una crisis muy larga. Yo no diré que la crisis ha tocado fondo hasta que el número de personas sin empleo disminuya durante dos trimestres consecutivos.
-¿Qué culpa tienen las familias de que hayamos llegado a esta situación?
-Ninguna. Bueno, habernos creído que podíamos pagar todo aquello en lo que nos metíamos. Yo le llamo la teoría del engrase. Es decir, me he comprado un piso mediante una hipoteca, otra persona se ha comprado un coche con un crédito del banco, otro ha cambiado los muebles financiándolos… hemos vivido bien gracias al engrase financiero, pero artificialmente. El día que ese engrase se ha ido a la porra nos vemos apurado. Ésa es la única culpa que han tenido las familias.
-¿Esta crisis puede ser el fin del llamado Estado del bienestar?
-La gente tiene que entender que todos tenemos derechos, pero que esos derechos hay que pagarlos, y ese dinero tiene que salir de algún lado. Si lo piensa, llevar la economía del Estado es igual que llevar la de una familia, existen unos ingresos, unos gastos, y hay que cuadrarlos. La clave está en gastar con cabeza.
-Usted dice que tras la crisis económica se esconde una crisis de valores, ¿por qué?
-Yo digo una crisis de decencia. Aquí ha habido y hay muchos sinvergüenzas. El problema es que este ambiente de sirvengonzonería es muy malo porque se nos contagia y terminamos pensando que todo vale.
-¿Podíamos decir que nuestra economía padece esclerosis múltiple?
-Digamos que se enceuntra un poco esclerotizada.
-Veo que se mantiene muy joven. ¿Cómo lo consigue?
-De milagro. No soy un modelo para nadie porque como poco y desordenado. Incluso mi mujer tiene que engañarme para que coma dos platos, si no me los pone en uno solo no tengo paciencia para terminarlos.
-¿Alguna vez ha comido tortitas entre las comidas?
-Sólo como esas cosas si me las ponen por delante, pero no las pido nunca. Mi gran suerte es que todo me sienta bien y no engordo.
-¿Habrá un cuarto libro?
-¡No! Por lo menos hasta que descanse y se me olvide el trajín que conlleva.
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