Santander

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La Razón
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Mourinho también quiere pasar a la historia por las frases. A Helenio Herrera se le recordará, entre otras cosas, por aquello de que se juega mejor con diez que con once. La frase del entrenador madridista es una sentencia filosófica: «Es mejor perder un partido que empatar dos». No le salen los números y ahora no sabemos a que recurrirá. No se sabe hasta dónde alcanzan las bondades cuando se pierde con el Levante y se empata con el Racing, equipo que comenzó jugando con seis bajas.
El Madrid necesitaba borrar la imagen de equipo sin soluciones futbolísticas y bronquista, como se vio en el campo del Levante y en El Sardinero no logró el perdón de sus pecados. Su entrenador optó por una alineación casi revolucionaria y el juego se resintió. En Valencia dominó más que en Santander. El Racing le creó un par de ocasiones de gol que Stuani no supo resolver favorablemente y el árbitro consintió un par de jugadas en el área madridista para que Mourinho no se queje de que no le pitan penaltis a favor.
El Racing hizo su juego. Se defendió con orden y buscó sus oportunidades al contragolpe. Supo contener a los atacantes madridistas incluso cuando en la segunda mitad Mourinho recurrió a Di María. El entrenador madridista se volvió a marear con las soluciones. Quitó a Özil y alineó a Kaká. A la desesperada contó también con Higuaín, pero tanto delantero no tuvo claridad en el ataque. En el último cuarto de hora, atropelladamente, quiso obtener el triunfo. El Racing se aculó, aguantó con deficiencias físicas, pero logró su objetivo.