Villaverde
Expertos en borrar el rastro
Los cerca de 400 vecinos de «El Gallinero» se despertaron ayer rodeados de guardias civiles a caballo y un helicóptero sobrevolando la zona. Los agentes eran casi la mitad de este poblado marginal habitado por familias rumanas de etnia gitana
Muchos de los habitantes del poblado más marginal de la región no se dedican a esta actividad delictiva en concreto, por lo que ayer la cosa no iba con ellos. Cuando los guardias a caballo comenzaron a rodear el asentamiento, a eso de las ocho de la mañana, había algunas madres que esperaban el autobús escolar de sus hijos, aunque a lo largo de toda la mañana varios menores contemplaron entre juegos la macroperación policial, en la que han participado alrededor de 250 agentes de la Benemérita –efectivos del Seprona, Policía Judicial, helicópteros, guardias a caballo y agentes del grupo operativo GRS, entre otros–. Comenzaron a llamar puerta por puerta a las chabolas y a pedir la identificación a los habitantes del poblado. Los 24 detenidos en el asentamiento esperaron ya esposados –vigilados por los agentes– a la comisión judicial, que llegó unas dos horas más tarde para proceder al registro de las infraviviendas. También se desplazaron hasta «El Gallinero» personal de Adif ya que, por la Ley del Sector Ferroviario, tienen competencias de vigilancia. Ayer, su cometido era determinar entre los cientos de metros de cable, cuáles pertenece a su tendido según el tipo de envoltura.
Y es que los ahora detenidos solían obtener el preciado metal de los tendidos eléctricos de ferrocarril. Una vez cortados, (nunca demasiados metros en un mismo punto para tratar de que el robo sea descubierto lo más tarde posible), lo llevaban hasta «El Gallinero», donde se desprendían del material que los envuelve. Una de las particularidades del grupo ahora desmantelado era la rapidez con la que quitaban el envoltorio, ya que es la «marca» que determina de dónde ha sido sustraído. Materia prima en mano, los metros de cable (en lo que llevamos de año se han robado en la región más de 500 kilómetros de cable de cobre de infraestructuras públicas) eran transportados hasta Yuncos (Toledo), donde se han detenido a otras cinco personas. Desde allí, lo transportaban hasta una chatarrería de Villaverde donde, según fuentes de la investigación, lo mezclaban con materia prima legal y lo llevaban a una tornería de Getafe. Allí, se realizaba la misma operación y le daban salida al mercado. Lo vendían a unos seis euros el kilo. Entre Getafe y Villaverde se han detenido a siete personas, a los que se les imputa un delito de receptación. Al resto, asociación ilícita y robo con fuerza.
La operación «Chispa-Madrid» comenzó el pasado junio y desde entonces se han incautado 13 toneladas de cobre en la región.
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