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El ambicioso sueño por Alfonso Ussía

La Razón
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Carezco de visión del futuro. Me falta imaginación. De haberlo vivido, me habría comportado como uno de los niños que se rieron de un tal Manolo, allá por los años 30 del pasado siglo, y que resultó ser el inventor de las autopistas. Se reunió la pandilla para cazar lagartos y lagartijas en un paraje cercano a Cuenca, con la carretera principal a la vista. En un descanso de la actividad cinegética, el tal Manolo se atrevió a comentar en voz alta una barbaridad. «Sería más lógico y menos peligroso que construyeran una carretera para ir y otra para volver». Y todos sus compañeros de pandilla rieron a carcajadas la ocurrencia de Manolo, que acababa de inventar las autopistas. A eso se le llama visión de futuro.

Preocupado y algo perplejo me ha dejado el llamado «sueño más ambicioso de Florentino Pérez», cuyo proyecto ha sido presentado con gran solemnidad. Se trata del «Real Madrid Resort Island», un descomunal complejo que se construirá en una isla artificial de los emiratos árabes. La principal ventaja, en lo que a mi persona se refiere del ambicioso proyecto, es la información. Gracias a la presentación del suntuoso complejo, he sabido que existe un emirato árabe que responde al nombre de Ras Al Khaimah,y que cuenta entre otras muchas cosas, con una isla artificial denominada Al Marjan. Y que allí en esa isla de diseño, en 2015 va a ser inaugurado el «Real Madrid Resort Island», como consecuencia de una inversión de casi 1000 millones de euros,–que invierten en su mayoría los árabes–, y que reportará al Real Madrid 25 millones de euros anuales, es decir, cinco menos de los que ha pagado para contratar a Coentrao. Mucho proyecto para tan escaso rendimiento, sinceramente, me asusta.

Eso sí, es impresionante. Un puerto deportivo que admirado desde las alturas tiene el detalle de que los pantalanes para que los barcos amarren dibujan el escudo del Real Madrid. Y además contará con un parque temático, un museo, un hotel de lujo, y un estadio abierto al mar. El objetivo no es otro que fortalecer la presencia e imagen del Real Madrid en los emiratos árabes y el resto de Asia, que como es bien sabido, es uno de las prioridades fundacionales del madridismo. La presencia en Asia.

Puede resultar, como con las autopistas que inventó Manolo sin apercibirse de su hallazgo, que este proyecto resulte muy interesante para el futuro del Real Madrid. Un ambicioso salto internacional. Sin duda alguna, los dirigentes del fútbol español coinciden en reunir y hacer coincidir sus sueños y delirios de grandeza en los emiratos del petróleo. El Barcelona depende de Qatar y el Real Madrid vuelca sus sueños en Ras Al Khaimah, lugar de suprema importancia en la historia del fútbol. Ahora, además de mostrarnos la espectacularidad y riqueza del proyecto, sería bueno y conveniente que don Florentino explicara a los socios y simpatizantes del Real Madrid los beneficios sociales que tal proyecto promete, porque si se trata de veinticinco millones de euros, el sueño no merece la pena. Y si los madridistas, para disfrutar del «Real Madrid Resort Island» tienen que cumplir un viaje de miles de kilómetros, al final les puede entrar la pereza y no conocer «in situ» su sueño más ambicioso. Con tanto emirato árabe, el «Barça» y el Real Madrid van a terminar controlados por Al Qaeda.

Mi sueño –carezco de visión de futuro e imaginación– es infinitamente menos ambicioso que el de Florentino Pérez. Que el Real Madrid gane la Liga. Pero insisto en que no soy una persona futurista. Con eso tan doméstico, me conformo.