Cataluña

El año de la infamia

La Razón
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Mañana termina 2010, un año infame para la autonomía andaluza. Ya en marzo se perpetró un primer atentado, vil e indigno, contra nuestro derecho de que el Estado nos abonase la deuda historica, pendiente desde hace treinta años y recogida por dos veces en nuestros estatutos de 1981 y 2007. Sin embargo, Zapatero, que nunca tragó a Chaves y que no sabemos si terminará tragándose a Griñán, sometió a este último a un humillante proceso de negociacion –por cierto, justo antes de confirmarlo como nuevo secretario del PSOE andaluz– y al final zanjó el pleito con la cesión a la Administracion andaluza de unos solares e inmuebles difícilmente realizables y depreciados por la actual crisis. El sonrojante resultado es que ahora el remanente de tesorería de la Junta se resiente y que la comunidad, incapaz de vender nada de lo recibido, anda pidiendo por las esquinas una mayor capacidad de endeudamiento que Madrid le niega con hilarantes carcajadas, mientras la política autónomica se queda sin margen de maniobra frente a un veintiocho por ciento de paro.
Y luego está el otro bajonazo, más bien descabello, sufrido por una autonomía que se dice de primera –tal vez de primera regional– pero que se ha demostrado incapaz de fraguar una caja de ahorros mínimamente eficiente y competitiva. Otra violacion nefanda a la letra y al espíritu de nuestro Estatuto, por no referirnos a la falta de autoridad y liderazgo en la materia del presidente Griñan pese a haber sido cinco años consejero de Economía. Así las cosas, de nuevo Cataluña, Madrid, Pais Vasco y Galicia liderando la concentración del sistema financiero no bancario mientras de Despeñaperros abajo otra vez la dependencia cuando no nuestras cajas deciden enzarzarse en cuitas judiciales por un quítame allá esta marca. Sencillamente deprimente y más en el año en el que se ha celebrado, con sordina y nula implicacion popular, claro, el treinta aniversario del referendum por la autonomía plena. Todo para nada.