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OPINIÓN: Criminal o criminala

La Razón
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La progresía de guardia vapuleó a Ana Mato por un presunto desliz lingüístico al haber usado la fórmula «crimen en el ámbito doméstico» para referirse a un uxoricidio. El feminazismo prefiere sintagmas más rotundos como violencia machista o violencia de género (una mala traducción, por cierto, del término inglés «gender»: los animales tienen sexo y no género, que es un concepto meramente gramatical). Se entiende así que la ofensa al cónyuge o conviviente sólo puede ejercerse en una dirección y exclusivamente en parejas heterosexuales. Cuando, como ocurre en el caso de ayer en Bellavista o con la esposa del directivo bancario baleado en Bollullos, la presunta autoría recaiga sobre una mujer, ¿quedan las víctimas excluidas de toda estadística? Y a los culpables, ¿no les son aplicados los agravantes que prevé la kafkiana Ley Integral? Cuando se legisla desde el odio y el revanchismo, se legisla mal; y cuando se retuerce un instrumento maravilloso como la lengua hasta convertirlo en un arma arrojadiza, se sazona el más espantoso de los ridículos con un generoso puñado de burricie. A ver cómo explican Leire y Bibi que el asesinato de una lesbiana, en España, es menos punible que el de una señora casada por la Iglesia. ¿No es eso discriminar?