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Malick la Palma ausente

Se venía rumoreando desde hace varios días y el gran premio fue para «El arbol de la vida», que Malick ha tardado cinco años en terminar. Dos favoritos y fieles al festival, Almodóvar y Kaurismäki, se fueron de vacío.

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Este año el concurso de Cannes contenía algunas películas realmente buenas y una experiencia supracinematográfica sobre la infancia, «El árbol de la vida», que Terrence Malick había tardado en cocinar cinco años. El jurado, presidido por Robert de Niro, hizo justicia y, aunque cumplió ampliamente con la cuota francesa que la muestra siempre reserva en el palmarés, no quiso cubrir las deudas que Cannes tenía con Pedro Almodóvar y Aki Kaurismäki, dos de los favoritos en todas las quinielas y de los más aplaudidos por la Prensa. El manchego y su tropa abandonaron la Costa Azul con poco ánimo escasas horas antes de la ceremonia, pues el filme se proyectó el pasado jueves. Por contra, el equipo de la película de los Dardenne, que había cuajado también bastantes aplausos, fue de los primeros en pisar la alfombra roja previa a la entrega de premios. Marisa Paredes, como única representante de «La piel que habito», hacía presagiar lo peor para las opciones españolas. Luego llegó el jurado y De Niro avisaba: «No me gustan los dramas, prefiero resolver los problemas». En la rueda de prensa posterior, ni él ni sus acólitos quisieron ser más explícitos sobre la deliberación, que tacharon de muy democrática, pero ante las preguntas de los periodistas, admitieron que el filme de Kaurismaki, la australiana «Sleeping Beauty», la francesa «Pater», de Alain Cavalier, y «La piel que habito» estuvieron en la discusión final. Almodóvar, que no tenía previsto acudir este año al certamen y confirmó su presencia a última hora, se lleva sólo dos galardones de consolación, el de la Juventud y uno técnico, a José Luis Alcaine por la mejor fotografía. «Estoy preparado para irme de vacío», señaló el pasado jueves y, como con «Los abrazos rotos», así ocurrió.

El camino de enmedio
Contra Malick pesaba su ausencia de la muestra, pues fue el único director que no se personó en el concurso y tampoco lo hizo por la Palma de Oro, pero finalmente la intensidad de la historia y su impresionante textura formal volcó la balanza. Sus productores, al agradecer el galardón, mencionaron la paciencia de Cannes que estuvo esperando durante años la llegada de la cinta, protagonizada y producida por Brad Pitt. La otra polémica que sobrevolaba la alfombra roja era cuál sería la actitud del jurado con Lars von Trier después de que la organización le declarara «non grato» por sus manifestaciones sobre Hitler durante la presentación de «Melancholia». Los hombres de De Niro tomaron el camino del medio y no premiaron al realizador danés, pero tampoco se olvidaron de la actuación de su protagonista Kirsten Dunst, que sí mencionó a Von Trier y resumió lo que había ocurrido con un simple «qué semana de sensaciones».

Síndrome de Estocolmo
El Gran Premio del Jurado fue «ex aequo» para «Le gamin au vélo», de los hermanos Dardenne, y «Once Upon a Time in Anatolia», de Nuri Bilge Ceylan, que aseguró que al proyectarse el último día de competición creía que el jurado estaría cansado. Tienen mérito, pues su guión, sobre la búsqueda de un cadáver en mitad de un páramos, se tradujo en el filme más largo de esta cita con dos horas y treinta y siete minutos. Los Dardenne agradecieron a Thomas, su pequeño protagonista el trabajo. La mejor dirección fue a manos del danés Nicolas Winding Refn, que nos brindó la ochentera «Drive», un «Fast and Furious» indie protagonizado por Ryan Gosling, al que el realizador calificó desde el estrado como «mi alter ego favorito». Para cumplir con su palabra, De Niro otorgó el galardón al mejor guión a una comedia, la israelí «Footnote», en la que Joseph Cedar ironiza sobre la competencia intelectual de los judíos. El síndrome de Estocolmo de todos los deliberantes por la cinematografía francesa se mostró este año también: el Premio del Jurado fue para «Poliss», de Maïwenn, cuyo agradecimiento fue el más sobreactuado, susurrando, muy afectada y al borde de las lágrimas. El premio a la interpretación masculina a Jean Dujardin por «The artist», una comedia rodada en blanco y negro y sin sonido es un homenaje al cine de los años treinta que levantó aplausos en todas las proyecciones. Se pliega la alfombra roja con la sensación de haber visto mejor cine que la edición anterior, pero también con la de poder haber perdido a tres de los hijos pródigos de la muestra durante los últimos años. Lars Von Trier, por el incidente ya mencionado, y Kaurismäki y Almodóvar, que esperaban ver recompensada su fidelidad con un premio gordo y ni siquiera se llevaron la pedrea.

¿Volverá Almodóvar a Cannes?, por Sergi Sánchez
Esta Palma de Oro parecía fríamente calculada por la dirección del festival, que proyectó «The Tree of Life» el pasado lunes, en el ecuador del certamen, sin acompañarla de ninguna otra película a competición, como dándole el carácter de acontecimiento, de película definitiva que no admitía comparación. Da la impresión de que Cannes escogió al presidente del jurado, Robert de Niro, después de recibir la confirmación de que el filme de Malick estaría listo para competir este año. No hay ninguna intención de abonar una teoría conspirativa al respecto, pero resulta difícil creer que, siendo una película tan controvertida, tan proclive a generar acaloradas discusiones, haya logrado el consenso de un jurado tan amplio. También da la impresión de que Malick, que había ganado el premio al mejor director en Cannes por «Días de cielo» allá por 1979, no habría permitido que «The Tree of Life» concursara si no hubiera sabido que tenía serias posibilidades de llevarse la Palma. Sorprenden la ausencia de Kaurismäki y Almodóvar, responsables de dos de las mejores películas a competición. El ex aequo a los Dardenne y a Nuri Bilge Ceylan podría haber sido entre ellos dos, que se van de vacío por «Le Havre» y «La piel que habito» (dudo que Almodóvar vuelva a Cannes). En el capítulo de los actores, es muy injusto el olvido de Michel Piccoli por «Habemus Papam», aunque Dujardin está estupendo en «The Artist» (producción que también habría merecido mejor suerte). Lo de Kirsten Dunst suena a premio de consolación para un filme que, de no ser por la estupidez de Lars von Trier, podría haberse llevado galardones más potentes. Y lo que me parece patético es el premio del Jurado a «Polisse», de calle la peor película de todo el certamen.