Bilbao

Ni un pelo de tonta con la queratina

Es uno de los tratamientos más reclamados en las peluquerías, y se está convirtiendo en un gesto tan habitual como el marcado o el color. No es de extrañar. Después de tener que soportar los tediosos sistemas de alisado japonés que exigían horas de paciente sesión a cambio de un liso extremo, la queratina capilar ha sido recibida con los brazos abiertos por todas aquellas que quieren reducir el nivel del rizo sin renunciar al movimiento y acabar con el encrespamiento

MELENA CUIDADA La cantante Marta Sánchez es una de las fieles clientas de Cheska
MELENA CUIDADA La cantante Marta Sánchez es una de las fieles clientas de Cheskalarazon

El protocolo es sencillo. Basta lavar el pelo con un champú especial, extender la queratina con ayuda de una brocha y dejarla hacer su trabajo durante unos minutos para después pasar una plancha que selle la cutícula. ¿Los resultados? Cuatro meses de «paz capilar» que nos permite olvidarnos de las herramientas de alisado.
Pero como ocurre con cualquier hito cosmético que se precie, pronto se vio envuelta de cierta polémica. Con o sin formol, brasileña o nacional, beneficiosa o perjudicial…

Para hablar del tema y despejar incógnitas, hemos acudido a un salón que lleva décadas mimando el cabello de la clientela más exclusiva, y a unas de las profesionales más reconocidas del mundo de la peluquería. Cheska y María Baras –madre e hija– nos reciben en su salón de la calle Velázquez 61, en Madrid. «En España, el formol está prohibido y lo que se utiliza es un derivado de éste llamado formaldehído, sin riesgo alguno para el cabello. Además, el Ministerio de Sanidad ya se ocupa de que no entre en el país ningún producto con una concentración por encima del 0,2%», explican las estilistas.

Lo que hagan en otros salones, o los métodos que empleen para importarla o para aplicarla, es otra historia. En su salón, han sido pioneras a la hora de diseñar los tratamientos de queratina «a la carta» a medida de cada clienta, utilizando distintas marcas, tiempos y concentraciones. Como explica Cheska: «Cada pelo es único y cada zona del cabello tiene un grado de rizo y unas necesidades diferentes. Más que una técnica de alisado, se trata de un tratamiento reparador, un extra de queratina siempre será beneficioso para el pelo, aunque su reclamo principal es su acción anti encrespamiento y el hecho de que reduce algunos grados el nivel de rizo u onda del pelo durante cuatro meses». En el pasado verano, los móviles de Cheska y María se colapsaron con los mensajes de agradecimiento de las clientas que habían probado esta técnica. Los mensajes van a continuar, porque este invierno, a la vista de las próximas inclemencias meteorológicas que tendremos que padecer, se prevé que ésta continúe siendo una de las técnicas más demandas.

Destreza con el secador
Mantenerse en las elevadas cimas de la alta costura capilar durante más de treinta años no es tarea fácil. Cheska lo ha conseguido. Y sin concesiones a la esclavitud minimal que convirtió tantas peluquerías en espacios fríos y desnudos, sin tener un DJ en nómina que amenizara el marcado al caer la tarde-noche, y sin más «extras» que el trabajo, intenso e impecable. ¿Sus únicas armas? El buen gusto, el secador que empuña con destreza y una «cartuchera» cargada de peines y tijeras.

Es lunes por la mañana y el salón está «al completo». La decoración es sencilla. En las paredes, una cuidada selección de fotografías enmarcadas de sus mejores trabajos. Desde ellas, Marta Sánchez, Nieves Álvarez y José Toledo nos recuerdan por qué Cheska sigue estando donde está, a pesar de no «acribillar» a la Prensa especializada comunicando sus novedades y sin dar los nombres de quienes se cuentan entre su fiel clientela. Su A-list haría palidecer de envidia a más de un aspirante a peluquero de «celebrities», pero esta profesional ha hecho de la discreción un arte.

Ella no busca, pero siempre la encuentran. En su caso, el flujo de trabajo es el inverso. Son las celebrities –ella nunca dirá sus nombres, pero basta tirar de hemeroteca y buscar los trabajos que Cheska ha firmado en las mejores cabeceras del país– las que exigen, cuando se les propone posar para determinados objetivos, ser peinadas, teñidas o cortadas sólo por sus manos.

Su clientela es fiel, pero como explica Cheska, «cada día entra alguien nuevo en la peluquería y eso es muy bonito». Muchas de ellas se sorprenden cuando ven a esta estilista a pie tocador. Cheska existe. No es un nombre en un cartel. Como ella misma añade, «soy una trabajadora que acude cada día a su peluquería, como si fuera el primer día, para atender directamente a mis clientas. Pero ojo, todo el equipo del salón lleva años conmigo, lo he formado directamente y cumple a la perfección con su trabajo». María Baras apostilla: «Cuando los clientes llaman para pedir cita y pregunto quién quieren que les corte o les haga el color, la mayoría responden que les da igual. Señal inequívoca de que el personal está debidamente formado y motivado».

El color es uno de los puntos fuertes en Cheska. Mientras hablábamos, dos de las estilistas aplicaban tinte a dos clientas. Una venía desde Bilbao, la otra desde San Sebastián. Como explica María Baras, «el color es técnica, no basta con tener los mejores productos. Antes de que se hablara en España de la coloración sin amoníaco, nosotras ya habíamos introducido estos sistemas de coloración, y mucho antes de que se hablara de la conciencia –bio– ya contábamos en nuestra carta con tratamientos ecológicos».