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Fumando espero por Ángel del Río

La Razón
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Esperanza Aguirre es una política que se ha especializado en poner sobre la mesa temas para el debate público, cuestiones que subyacen en el pensamiento de muchos, pero que no alcanzan rango de polémica abierta. La última ha sido decir algo parecido a esto: o cambiamos la ley antitabaco, o por esta minucia podemos perder un macroproyecto como Eurovegas, cuando las cosas se pueden hacer compatibles, si se alejan de la histeria reaccionaria. Adelson, el magnate americano, no entiende una ciudad del ocio que se parezca a un hospital, donde no haya ninguna posibilidad para los fumadores. La ministra de Sanidad ha respondido que la ley está como está, pero que se mantiene dispuesta a escuchar todos los argumentos, lo que personalmente interpreto como una puerta abierta a la modificación. Me cuesta trabajo creer que Aguirre se haya tirado sin paracaídas al afirmar que se cambiará la ley. Quizá utilice Eurovegas como la punta de lanza de una intención más amplia: el reelanzamiento del sector de la hostelería, que puso el cartel de: «El tabaco, mata…nuestros negocios». Y lo está haciendo lentamente. Cuando se atraviesa por una situación de crisis económica, parece inasumible que se prohíba crear espacios habilitados para fumadores. Se puede proteger al no fumador sin condenar al fumador a no serlo, cuando resulta que el Estado no prohíbe la venta de tabaco, ni su consumo, y además cobra impuestos. Fumando espero, al magnate del dinero. De momento y hasta que no cambie la ley, en el limbo de los radicales que se ponen a dieta, y ni comen, ni dejan comer.