Estreno

Crítica de cine/«Yo soy el amor»: Swinton y la decadencia

«Yo soy el amor»: Swinton y la decadencia
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Dirección y guión: Luca Guadagnino. Intérpretes: Tilda Swinton, Flavio Parenti y Edoardo Gabriellini.Italia, 2010. Duración: 120 minutos. Drama.Tras aquel pequeño revuelo que organizó con «Melissa P», Guadagnino conjura otra vez la controversia aunque él mismo niegue que «Yo soy el amor» se inspire en los descalabros de la familia Agnelli. Pero, claro, algo huele en la historia de esta adinerada familia milanesa a las profusas cuitas del clan. Algo que tiene que ver, claro, con la vertiente más negativa de la historia, con la decadencia, la ambición desmedida, las muertes prematuras y trágicas. Le sucede al personaje que de manera impecable y ambigua (como le corresponde) encarna Swinton, una mujer casada, rica pero con mordaza que descubre el amor en las manos de un cocinero al tiempo que la propia hija de la protagonista se topa con su verdadera identidad sexual. Es cierto que Guadagnino muestra buenas formas para el melodrama y venera el buen cine italiano, pero, aun con la cuidada puesta en escena y fotografía, a la cinta, poblada de silencios y aromas de cocina, le pierden las trampas de un guión (ciertos personajes y reacciones de éstos pedían una mayor profundización sobre el papel) obsesionado por que la teoría cuadre. A saber: los ricos también lloran, y mucho.