Abusos a menores

Padre y abuelo violador

Detenido en Tenerife un hombre acusado de abusar sexualmente de sus dos hijas y de sus tres nietos

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MADRID- No había denuncias que pudieran ponerle bajo sospecha y tenía una vida aparentemente normal: residía en una barriada obrera de la periferia de Santa Cruz de Tenerife, trabajaba en un taller, estaba casado y tenía dos hijas y tres nietos. Incluso, con 64 años, pensaba ya en la jubilación. Sin embargo, C. R. S., pasaba ayer su primera noche en el Centro Penitenciario Tenerife II después de que agentes de la Policía Nacional le detuvieran como presunto autor de múltiples violaciones y abusos sexuales. Sus víctimas eran sus propios nietos, dos mujeres y un varón de 10, 11 y 14 años respectivamente, pero años antes, durante la infancia, había violado a sus hijas, ahora con edades entre 30 y 35 años.

Los abusos sexuales comenzaron en el mes de septiembre pasado y se calcula que las agresiones se produjeron durante seis meses, según informaron fuentes policiales. El arrestado se aprovechaba de tener a su cargo a sus tres nietos en el momento en el que sus madres acudían al trabajo, para satisfacer con los menores sus institos sexuales.


Indicios en el entorno
El hombre, con la excusa de hacer algunas compras en el supermercado o con la de ir al parque con alguno de los nietos, aprovechaba para desviar la ruta hasta su domicilio, donde procedía a la «acción». «No se trataba solamente de tocamientos, también había penetración», aseguró un portavoz de la Policía.

El acusado no puso resistencia cuando los agentes de Servicio de Atención a la Familia de la Brigada Provincial de Policía Judicial se personaron en su domicilio para arrrestarle, pero fue el Grupo de Menores de la Policía (GRUME), el que previamente encajó el puzle que le llevó hasta C. R. S., después de detectar algunos indicios sospechosos en el entorno de los menores. Además, no existía ninguna denuncia interpuesta.

Cuando los agentes pusieron en conocimiento de las hijas los abusos a los que había sometido el abuelo a sus nietos, éstas confesaron que durante su infancia también ellas habían sido violadas por su propio padre en un periodo puntual de su vida. Durante todos estos años habían guardado silencio sobre lo ocurrido.

Los menores, por su parte, declararon que habían ocultado los hechos «por miedo y respeto» a su abuelo. Todos ellos fueron sometidos a una exploración médica en presencia de sus madres y trasladados a un centro hopitalario para recibir asistencia.

De momento, tanto las hijas como los nietos están recibiendo atención psicológica por parte de los servicios sociales. Por ahora se desconoce si la mujer del detenido estaba al corriente de las prácticas abusivas de su esposo con los nietos y con las hijas.

La Policía de Tenerife asegura que aunque este caso ha salido a la luz «aún hay muchas víctimas ocultas». Hay que tener en cuenta que, según la Asociación para la Sanación y Prevención de Abusos Sexuales en la Infancia (Aspasi), más del 80 por ciento de los abusos a menores son perpetrados por parte de allegados. En el 50 por ciento de las ocasiones los ejecuta el padre. Y el «silencio familiar» es un peligroso cómplice, presente en el 86 por ciento de los casos. La vergüenza y la tendencia a lavar los trapos sucios en casa» impiden un mayor número de denuncias. O en su defecto, que se demoren en el tiempo. En cuanto a los agresores, no necesariamente hablamos de personas trastornadas. Pueden ser inteligentes –ahí esta el tristemente célebre caso de Josef Fritzl–, aunque sí que desarrollan un concepto de la propiedad extremo con respecto a la mujer.


Casos en España
En nuestro país se han dado casos terroríficos. En abril de 2010, la Audiencia de Sevilla condenó a 14 años a R. R. I., de 44 años, que violó a su hija desde que tenía 8 años hasta que cumplió los 15. Debido a estos abusos la dejó embarazada. Por ello, la obligó a abortar y a declarar que el padre era su novio. Antes, en 2008, Ángel Cantero fue condenado por la Audiencia de Navarra a 94 años de prisión por violar a sus tres hijas a lo largo de 20 años. Si bien lo negó, el acusado sí reconoció haber tocado a sus hijas «por todo el cuerpo». La resolución mantenía que el condenado sufría una doble personalidad. También destaca el caso, en 2004, de un médico de 61 años condenado a 8 años por violar durante años a una hija menor y abusar de otras dos. ¿Su excusa? Quería comprobar si las niñas estaban embarazadas.


Otros casos espeluznantes
Josef Fritzl
El «caso del carcelero» de Amstetten, destapado en 2008, desafió los límites de la crueldad humana. El ingeniero austríaco construyó una mazmorra oculta en el sótano de su casa, donde mantuvo secuestrada y violó sistemáticamente durante un cuarto de siglo a su hija Elizabeth, que «desapareció» con 18 años. Fruto de los abusos sexuales nacieron siete niños, aunque uno de ellos murió a los tres días y fue incinerado por el propio Fritzl. Hoy cumple cadena perpetua en la prisión de Stein.
Michelle Mongeli
En 2009, este turinés fue detenido por abusar de su hija durante 25 años. Otro hijo suyo siguió la «tradición» y abusó a su vez de sus cuatro hijas, de entre 6 y 21 años.
Arcedio Álvarez
El campesino conocido como el «monstruo de Mariquita» –la localidad colombiana donde reside– tuvo ocho hijos tras abusar de su hija durante 30 años. «No era su padre biológico», se justificó.
Armando Lucero
El «Fritzl» argentino no secuestró a su hija, pero fue acusado de violarla durante 20 años, dando como resultado varios hijos-nietos. Murió en la cárcel a la espera de juicio.
Ángel Cantero
La Audiencia de Navarra condenó en 2004 a este cacereño a 94 años de cárcel. ¿Su delito? Haber violado a sus tres hijas a lo largo de 20 años. Él lo negó, aunque reconoció que «las tocaba».