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Qué futuro espera a Grecia Contracción o depresión

La estricta aplicación del plan de austeridad que aprobó hoy el Parlamento permitirá reducir el déficit fiscal de Grecia del 13,6 por ciento actual incluso a un 5 por ciento, pero sumirá a su economía en una fuerte contracción que puede desembocar en una depresión.

Una de las manifestaciones celebradas en Grecia contra los recortes sociales
Una de las manifestaciones celebradas en Grecia contra los recortes socialeslarazon

Yannis Stournaras, influyente economista griego que dirige la fundación para investigación económica e industrial (IOBE), una fábrica de ideas independiente y crítica con la actuación de pasados gobiernos sobre la gestión oficial de datos macroeconómicos en Grecia, avanza el futuro:en principio, el plan de ahorro hasta 2012 que comprende un ahorro presupuestario de 30.000 millones de euros, debía rebajar el déficit público hasta el 8,1 por ciento, aunque su puesta en marcha rigurosa aceleraría el desfase presente.Stournaras previene de que el precio a pagar por la consolidación de las finanzas, impuesto por el eurogrupo, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para conceder ayudas de 110.000 millones de euros en tan corto plazo, tendrá un elevado precio social, aunque el crecimiento económico se aceleraría de nuevo en unos dos años.Según Stournaras, el déficit heleno comenzó a dispararse con los preparativos de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 por las elevadas inversiones en infraestructuras, como las instalaciones deportivas y la villa olímpica, varios puentes y el metro. En la década anterior, sin embargo, Grecia registró un notable superávit presupuestario.El economista acusa al gobierno conservador de Costas Caramanlís (2004 a 2009) no sólo de no cumplir su promesa de liberalizar la economía, sino de haber incrementado los salarios de los funcionarios un 20% y elevado generosamente las pensiones. A su juicio, el actual gobierno del primer ministro socialista, Yorgos Papandréu, tiene ahora una ocasión única de modernizar la economía y aumentar su competitividad.En 2008 y 2009 el déficit fiscal se descontroló totalmente y la Comisión Europea no hizo sus deberes al no cuestionarse las cifras macroeconómicas manipuladas que le facilitaba Atenas y seguir dando previsiones optimistas, comentó el analista. Además, recuerda que el presupuesto heleno de Defensa se mueve en torno al 4,5 por ciento del producto interior bruto (PIB), o sea, unos 12.000 millones de euros anuales, carga considerable para un país de apenas 11 millones de habitantes. Su gran enemigo histórico es Turquía, que con más de 70 millones de habitantes gastó el equivalente a 9.000 millones de euros en defensa en 2008.En lo que no parece haber dudas entre académicos y políticos en Grecia es la imperiosa necesidad de aplicar el plan de austeridad para obtener urgentemente la ayuda financiera de los organismos internacionales.Primer vencimientoEl 19 de mayo vence el plazo para el pago de títulos soberanos griegos a diez años por 9.000 millones de euros, una cantidad que el propio ministro de Finanzas, Yorgos Papaconstantinu, admitía que el país no tiene en caja.Tanto el ministro como Stournaras y otros dirigentes ven en el programa internacional de rescate la única alternativa viable para salvar al país y descartan de plano la declaración de bancarrota que han defendido algunos medios y analistas anglosajones.Este economista argumenta que la bancarrota tendría un efecto dominó para otros países de la eurozona, que arrastraría, en primer lugar, a la ruina a bancos alemanes y franceses, acreedores de más de 110.000 millones de euros de los 273.000 millones de euros de deuda helena.No serían sólo Portugal y España los países afectados por la quiebra griega, sino que el sistema bancario europeo correría la misma suerte que el Estado, amonestó Stournaras. En este contexto, recordó que Argentina, diez años después de declararse en bancarrota, aún no ha podido regresar a los mercados internacionales de deuda, situación que se repetiría en el caso griego.