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ENERGÍA / «El almacén de residuos es una inyección de vida»

El proyecto creará más de cien empleos indefinidos y 300 provisionales

Los vecinos de la localidad conquense felicitan a su alcalde, José María Saiz
Los vecinos de la localidad conquense felicitan a su alcalde, José María Saizlarazon

Villar de Cañas (Cuenca)- Soraya Sáenz de Santa María por fin pronunció su nombre. Villar de Cañas es la localidad escogida por el Ministerio de Industria y aprobada por el Consejo de Ministros para albergar el primer Almacén Temporal Centralizado (ATC) de España. Era una decisión rezagada, se esperaba desde 2009, y ha llenado de júbilo a la pequeña localidad conquense. Sólo tiene tres bares pero El Oasis y La Terraza siempre están desiertos. En La Mezquita, el local más próximo al Ayuntamiento, ayer no cabía ni un alfiler: las cámaras y los periodistas acapararon todas las sillas; los objetivos y las libretas apuntaban a los vecinos. Las palabras de la portavoz del Ejecutivo se retrasaban y el nerviosismo crecía. Todos van a una: «Salvo uno o dos, todo el pueblo quiere que traigan el ATC a la comarca», explica Máximo Arribas. Él, como el 80 por ciento de los trabajadores de la zona, se dedica a la agricultura. Su finca colinda con la de «un médico de Madrid», propietario de los terrenos donde se construirá el futuro almacen. Más de 300 empleos están previstos que genere el futuro depósito nuclear. «Va a ser una inyección de vida», comenta José, presidente de la Asociación de Jubilados del pueblo. De los 400 habitantes de Villar de Cañas, la mitad son socios. «Los jóvenes se van de aquí, sólo quedan veinte niños en el pueblo», añade. Tamara, Rebeca y Leire forman parte de esta reducida juventud. «En el colegio, una clase la comparten cinco cursos distintos», explica la segunda. La más pequeña de las tres es Leire y espera inquieta la entrada en el bar de su padre: el alcalde. «Le ha pillado por sorpresa. Esta mañana se ha ido con el coche de mi abuelo a pasar la ITV», explica risueña. José María Saiz aparece por la puerta, entra sonriendo junto a su hijo mayor. El pueblo le aplaude. Aún quedan cinco minutos para conocer la decisión del Gobierno y «no queremos que nos pasa como en Zarra», afirma la presidenta de la Plataforma en favor del ATC. Pero esta vez no hay vuelta atrás: el pueblo conquense ha ganado a Ascó, Yebra y Zarra. El almacén y el centro tecnológico se quedan en La Mancha. «Los ecologistas son los primeros que deberían estar contentos, estos residuos también son suyos», explica el feliz alcalde a los medios. Para los escépticos, Saiz siempre recurre al mismo argumento: «Si alguien me hubiese dicho que existe algún peligro, lo diría y no habría presentado nuestra candidatura. Yo no hice más que levantar la mano». Pero no todos están de acuerdo, en el Ayuntamiento se reciben las primeras llamadas de «indignados». «No saben de qué hablan», explica Carmen, la secretaria. «Aquí van a venir los mejores investigadores del mundo», confía el regidor, que lleva 16 años a los mandos del pequeño pueblo.