Bruselas
El otro test por Javier G FERRARI
La verdad es que la banca española ni era la mejor del Universo, como decía el hoy desaparecido Zapatero, ni estaba al borde del abismo como algunos nos han querido hacer creer en los últimos meses. El informe del test de estrés de nuestro sistema financiero ha sido una buena noticia que debería tener, más pronto que tarde, una traducción en la confianza de los inversores. Nuestros bancos, los que necesitan recursos de la línea de crédito abierta por Bruselas, podrán recapitalizarse con una cantidad muy inferior a la que necesitaron, hace ya algunos años, las entidades financieras estadounidenses, británicas e incluso las alemanas. Dos de nuestros bancos están situados entre los primeros del mundo y uno de ellos, el Santander, es un modelo en el que deberían mirarse la inmensa mayoría. Ahora le toca al Gobierno crear las condiciones para que fluya el crédito y las empresas crezcan y creen puestos de trabajo. Al Gobierno de la Nación y a los regionales, incluidos los que con una mano amenazan con la secesión mientras que con la otra reclaman varios miles de millones de euros para pagar las nóminas de sus funcionarios y asimilados. Es injusto cargar sobre las espaldas del gabinete de Mariano Rajoy todo el peso de la responsabilidad, aunque haya que pedirle firmeza para corregir los graves desequilibrios que la crisis está provocando. En un primer vistazo a las líneas generales del Presupuesto para el 2013, se echa de menos un poco más de caña a las distintas administraciones para que ahorren de verdad y se sacrifiquen en la misma proporción que se les está exigiendo a los ciudadanos. A las administraciones y a las instituciones y entidades que llevan años y años viviendo del dinero de todos sin que haya razones serias para que así sea. La rebaja del 20% en la subvención a los sindicatos, más preocupados por Garzón que por los parados, es casi una afrenta. Rajoy y su partido tienen dentro de 19 días que afrontar otro test, en las urnas gallegas y vascas, donde se va a medir el estrés que en los ciudadanos están provocando los recortes.
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