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Cameron y Sarkozy a cara de perro

La Razón
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BRUSELAS- No son éstos los tiempos de Napoleón pero, por un momento, ayer lo parecieron. Gran Bretaña enrocada en su orgulloso aislamiento isleño, Francia arremetiendo contra su tantas veces archienemiga... Y es que la decisión de David Cameron de desmarcarse del acuerdo y, sobre todo, el modo en que lo escenificó, desataron la ira de Nicolas Sarkozy. En tono cortante y desafiante, el primer ministro británico aseguró en rueda de prensa para justificar su rechazo al acuerdo que «si no podemos conseguir algunas garantías en el tratado, mejor quedarnos fuera». «Estoy feliz por no pertenecer al euro», remachó Cameron.

Las palabras del «premier» tuvieron una cumplida y contundente respuesta del presidente francés. «Para aceptar una reforma del tratado a 27, David Cameron ha pedido algo que todos hemos considerado inaceptable: un protocolo en el Tratado que permitiera exonerar a Reino Unido de un cierto número de reglamentos sobre los servicios financieros. Algo que no hemos podido aceptar, porque consideramos que una parte de los problemas del mundo vienen de la desregulación financiera», replicó Sarkozy. El malestar del presidente francés era extensible a la canciller alemana. Angela Merkel recordó a Gran Bretaña que «al igual que el resto de países europeos, depende de la estabilidad del euro».