Eurocopa

Brasil

Menos «mecánica» más efectiva

Holanda ya está en cuartos de final después de eliminar a Eslovaquia con poco brillo y mucha eficacia / Robben se estrenó como titular con un gran gol con la zurda

Menos «mecánica» más efectiva
Menos «mecánica» más efectivalarazon

Cuando Arjen Robben, que ayer se estrenó como titular en el Mundial, se va a dormir, siempre tiene el mismo sueño. Recibe el balón por la banda derecha con espacios, encara al defensa y le dribla hacia la izquierda, perfilándose para el disparo con su pierna bue- na, que resulta letal. Un sueño que esta temporada no ha parado de hacerse realidad y, por más que repita siempre la misma jugada, sus rivales le siguen dejando espa- cio por su lado bueno. Como Durica, buen central eslovaco, que ayer vio como el extremo holandes repetía paso por paso su movimiento favorito delante de sus narices y marcaba su primer tanto del campeonato.La Holanda de Van Marwijk recuerda a la Brasil de Dunga. Los dos equipos han «traicionado» sus orígenes para convertirse en bloques sólidos, efectivos, pero poco brillantes. En la Holanda actual no hay casi nada de la «naranja mecánica», como en Brasil no hay vestigios de aquel equipo que conquistó tres cetros mundiales hace más de 30 años. Cojamos el ejemplo de Kuyt, que actúa como delantero por la izquierda. Durante los exitosos 70, era Rensenbrink el que ocupaba esa posición. Y no hay dos jugadores menos parecidos en la historia del fútbol que ellos dos. Uno, el del Liverpool, es un trabajador nato, un jugador rudo y fajador. El otro, estrella del gran Anderlecht, era talento puro, un driblador nato al que daba gusto ver jugar. Pero las dos versiones son igual de válidas. Una alcanzó dos finales seguidas sin conseguir ningún título. La otra, la actual, camina disparada hacia el partido decisivo con un estilo muy diferente.Van Marwijk ha construido un bloque alrededor de Sneijder, que actúa como termómetro del equipo. Después de una gran temporada en el Inter, el cerebro holandés se ha cargado otro equipo a sus espaldas y lo está conduciendo con maestría, porque sin él no se puede entender el éxito de los «oranje». De hecho, Weiss intentó ayer que su mejor jugador, Marek Hamsik, actuara como espejo de Sneijder. Le apartó de la banda, su hábitat natural, y lo colocó por detrás de los dos puntas. Pero la estrella del Nápoles se perdió en la telaraña holandesa.Holanda da miedo porque es de esos equipos que no necesita nin- guna exhibición para sentenciar los partidos. Le basta algún chispazo de sus atacantes para conseguir un gol. Ayer lo encontró con Robben muy pronto. Eslovaquia, que venía con la carta de presentación de haber ganado y eliminado a Italia, cosa que hoy en día no se sabe si es precisamente un gran mérito, presentó batalla y luchó hasta el final, pero le faltó acertar en el único momento de debilidad holandesa.El conjunto eslovaco tuvo diez minutos en la segunda parte en los que pudo romper el bloque holandés y cambiar el rumbo del partido. Pero primero Stoch y lue- go Vittek, completamente solo, se encontraron con las manos salvadoras de Stekelenburg, cuyo acier- to fue clave para la clasificación de Holanda a cuartos. Y como el fútbol es así de cruel, luego llegó Kuyt en un contragolpe y le regaló el gol a Sneijder, matando el partido ante un impotente Mucha, que había trabajado muy bien durante el choque.No sirvió de nada el gol de Vittek, de penalti, en el descuento porque no quedó tiempo ni para sacar de centro. Lejos del esplendor de la «naranja mecánica», Holanda se presenta como una de las grandes candidatas al título. Ya no es tan mecánica, pero es muy efectiva.