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El Gobierno unifica los organismos reguladores y ahorra 4 millones en salarios

La Razón
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MADRID- El Gobierno continuó ayer, como cada Consejo de Ministros desde hace algo más de un mes, haciendo gala de su política de austeridad. Este viernes le tocó el turno a los organismos reguladores, que se han multiplicado en los últimos años hasta llegar a los ocho actuales. El Consejo de Ministros estudió la unificación de todos ellos bajo un único paraguas, denominado Comisión Nacional de los Mercados y Competencia. Mientras, la Comisión Nacional del Mercado de Valores, el Banco de España y el Consejo de Seguridad Nuclear continuarán su andadura en solitario.
La creación de la Comisión Nacional de los Mercados supondrá, de entrada, un ahorro de cuatro millones de euros, de la mano de la reducción en el número de consejeros de los órganos supervisores, que pasarán de los 52 actuales a nueve. Los nueve consejeros de la Comisión nombrarán a un presidente y a un vicepresidente.
Previamente, los consejeros serán propuestos por el Gobierno y su nombramiento deberá ser ratificado por el Congreso de los Diputados por mayoría absoluta. Su mandato tendrá una duración de seis años con renovaciones parciales y presidencia rotatoria. El nuevo organismo estará adscrito a Economía y tendrá su sede en Madrid, pero existirá la posibilidad de establecer subsedes.

Así consta en el informe que presentó ayer al Consejo de Ministros la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, sobre el anteproyecto de ley de reforma de organismos supervisores. Esta reforma se enmarca dentro del objetivo del Gobierno de favorecer la competitividad de las empresas españolas a través de la flexibilización de los mercados, la reducción de las trabas administrativas, la simplificación regulatoria y la austeridad del sector público.

La vicepresidenta enumeró ayer tres razones para la reunificación de los ocho organismos supervisores. En primer lugar, citó la seguridad jurídica. Esta reforma permitirá clarificar las competencias, aplicar criterios homogéneos en ámbitos regulatorios con las mismas características económicas y garantiza la necesaria armonización entre la política sectorial y de competencia, reduciendo la incertidumbre regulatoria. En segundo lugar, se incrementará la eficiencia en la asignación de los recursos públicos y, por ende, el ahorro en el gasto, al evitar duplicidades por el solapamiento de funciones, y alcanzando sinergias y ahorros adicionales.

Como botón de muestra, en Alemania, donde existe un único regulador multisectorial, se produjo un ahorro del 25% de los gastos de funcionamiento desde 2006 a 2011. Por último, Sáenz de Santamaría esgrimió para justificar esta reforma la mejora de la calidad supervisora, al aunar en un solo órgano un profundo conocimiento técnico, sectorial y de competencia. El incremento de la calidad vendrá determinado también por la mayor independencia y neutralidad del organismo.