Melilla

El Rey viaja a Marruecos para «firmar» la paz con Mohamed VI

Mohamed VI y Don Juan Carlos acordaron en agosto de 2010 un encuentro informal para zanjar las diferencias.

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Cualquier movimiento diplomático que se produzca entre España y Marruecos puede desembocar en una crisis de elevado riesgo o en una ratificación de una amistad tan necesaria como difícil. El primer supuesto se dio el verano pasado, cuando la tensión entre ambos países se elevó hasta rozar la ruptura de relaciones. Y el segundo debería darse desde hoy. O más bien desde el miércoles, cuando Su Majestad el Rey aterrizó en Marruecos para una visita «privada» de cuatro días, tal y como confirmó la Casa del Rey, que no quiso aportar más detalles ateniéndose a la privacidad del viaje.

La estancia de Don Juan Carlos en el país vecino, invitado por su monarca, Mohamed VI, se interpreta en círculos diplomáticos como un gesto mucho más allá de la simple relación personal de amistad entre ambos reyes. Las fuentes consultadas se remiten a la crisis del verano pasado y la posterior conversación entre ambos que zanjó un capítulo negro de las relaciones bilaterales.

Sobrevuelo militar
La crisis comenzó en junio, cuando un helicóptero militar español sobrevoló el yate de Mohamed VI en dos ocasiones para abastecer a la guarnición de Alhucemas, tal y como desveló entonces LA RAZÓN. Marruecos protestó y el Gobierno paró los vuelos militares. A partir de ahí, y pese a superar ese episodio con cierta rapidez, el reino alauí no dejó de elevar la tensión en los meses siguientes. A mediados de julio comenzó el acoso a las policías españolas en la frontera de Melilla. Acusaciones de racismo, manifestaciones, protestas e incluso algún golpe a las agentes españolas. En agosto la situación no cambió. Las autoridades marroquíes colgaron un cartel con un fotomontaje ofensivo contra las policías y llegaron a cortar el suministro alimentario a la ciudad de Melilla, amén de retener durante seis horas a dos reporteros de este periódico.

El 10 de agosto, tras una escalada de tensión y de comunicados, Don Juan Carlos llamó por teléfono a su homólogo marroquí para tratar de convencerle de que calmara la situación en el lado marroquí de la frontera. El 23 de agosto, el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, viajó hasta Rabat para entrevistarse con su homólogo y escenificar el final político del conflicto.

En la conversación entre ambos reyes, acordaron «un próximo encuentro informal». Y eso es lo que las fuentes diplomáticas creen que se está produciendo estos días: sellar definitivamente la paz entre ambas naciones. Eso sí, algunas fuentes también subrayan que, estando Marruecos en pleno proceso de reformas democráticas, el consejo del monarca español al marroquí podría ser de mucha utilidad para esa transformación en el país vecino.

Tras el atentado
La visita, en la que Don Juan Carlos viaja sin la compañía de ningún otro miembro de la Familia Real y sin ningún representante del Gobierno, se produce una semana después del atentado de Marraquech, que acabó con la vida de dieciséis personas y provocó 21 heridos en un café de la zona más turística. El Rey envió entonces un telegrama de condolencia y condena a Mohamed VI.

Los medios marroquíes aseguraban ayer que ambos monarcas podrían acudir a la plaza donde se produjo el atentado, pero ninguna fuente oficial quiso confirmar tal extremo.

Lo que sí está claro es que la visita «privada» supone la escenificación evidente de la deseada normalización de las relaciones entre ambas orillas del Mediterráneo, que aún debería certificarse con la visita oficial que Mohamed VI tiene pendiente a nuestro país.

El Gobierno, a través de su ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, se limitó ayer a ratificar que la visita es «privada» y que los pormenores de ésta «no corresponden al Gobierno español».


El Gobierno se reúne en secreto con Caruana
Los últimos incidentes entre patrulleras de la Guardia Civil y la Policía gibraltareña han obligado al Gobierno a mover ficha. El secretario general de la Presidencia, Bernardino León, se reunió ayer con el ministro principal de Gibraltar, Peter Caruana, para abordar «cuestiones de actualidad, incluido el asunto de las aguas», reveló el Ejecutivo del Peñón. La oficina de Caruana hizo pública la reunión en un escueto comunicado de tres líneas en el que tan sólo señala que el encuentro tuvo lugar en el Campo de Gibraltar, la comarca gaditana que linda con el Peñón. En el cara a cara se trató un posible encuentro ministerial del Foro de Diálogo entre los Gobiernos de España, Reino Unido y Gibraltar que debía haberse celebrado en otoño pasado. El diputado del PP José Ignacio Landaluce calificó de «torpeza diplomática» la iniciativa del Ejecutivo.