Pekín
Las cajas ni un euro de Qatar y China
El «road show» por Asia del presidente Zapatero en busca de fondos para las cajas no ha impedido la intervención de la CAM.
El Gobierno divulgó los anuncios a bombo y platillo; las noticias ocuparon páginas y páginas en los medios durante varias semanas, y más de un directivo de alguna entidad financiera en apuros acudió incluso raudo a tomar un avión, emulando el «road show» que había protagonizado antes por Asia el presidente José Luis Rodríguez Zapatero. Lo cierto y verdad es que, cinco meses después de las promesas gubernamentales sobre la captación de capitales, las angustiadas cajas de ahorros españolas siguen sin ver un euro de China, Qatar y otros países árabes. Ni de sus respectivos ejecutivos, ni de fondos de inversión privados. Ni un solo euro, por el momento.
El termómetro para medir el interés real por el complicado sistema financiero español por parte de los estados que el presidente del Gobierno empezó a visitar allá por febrero ha podido comprobarse esta semana. El viernes, la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) tuvo que ser intervenida por el Banco de España, después de que los miembros de su consejo de administración se declararan absolutamente impotentes para obtener dinero extra internacional o español para recapitalizar la entidad y cumplir con las exigencias del órgano regulador.
Sólo peculio público
En lugar de proceder de Pekín o de Doha, el peculio para su reestructuración no llegará de otro sitio más que de las arcas públicas; en concreto, del Fondo para la Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). Capital español, de todos los contribuyentes, en definitiva, para salvar a una entidad con 136 años de existencia, nacida al calor de la entonces incipiente aparición en nuestro país de los populares montes de piedad.
Tampoco han «pescado» aún en las procesosas aguas chinas o «cazado» en los desiertos de Qatar las dos entidades que han protagonizado esta semana el difícil pistoletazo de salida a bolsa del entramado de cajas de ahorros en España: Bankia y Banca Cívica. Fuentes de ambas entidades han asegurado a LA RAZÓN que ningún fondo catarí o chino ha entrado hasta ahora en su accionariado. Ni el día de estreno en los parqués ni en las jornadas posteriores. El caso de Banca Cívica es singular, pues, de acuerdo con las mismas fuentes, el jueves ingresaron «de forma muy fuerte» en su accionariado tres fondos extranjeros, una americano, otro británico y otro centroeuropeo. Ninguno de ellos, por tanto, procedía del área en la que Zapatero trató de captar recursos hace meses.
Pero ¿qué dijo entonces el Gobierno? El 28 de febrero, el primer ministro catarí, Hamad bin Jaber Al Thani, anunció ante el presidente español que invertiría 300 millones de euros para capitalizar las cajas, subrayando la confianza de su país en las «importantes» reformas puestas en marcha por Madrid. Zapatero aprovechó para calificar este anuncio de «muy buena noticia». En aquel momento, no desveló las cajas que se beneficiarían de las futuras inversiones, aunque recalcó que obtendrían «cantidades muy importantes». «Estamos haciendo la reforma para la recuperación y la inversión catarí supone un certificado de confianza».
También en China, el presidente del Ejecutivo no dudó en ensalzar un anuncio que tuvo tintes de rectificación. En marzo, el Gobierno chino se vio obligado a rectificar a Moncloa, que había cuantificado antes en 9.000 millones la aportación de sus fondos soberanos. Pese a ello, Zapatero dijo que «las palabras del Gobierno chino se traducen siempre en hechos». Según apostilló, «China dijo en su día que compraría deuda y lo hizo, y ha dicho que se compromete con el sistema financiero español, y cuando se produzca la inversión de sus fondos, ya hablaremos de cifras». Aunque todavía hay tiempo, los inicios no apuntan nada bueno.
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