Crítica de cine
He revisado tu mirada transparente
He revisado tu mirada transparente y he encontrado, en tus pupilas de confuso mercurio, toneladas de incertidumbre. Y no me ha sorprendido: en realidad, la incertidumbre es consustancial a la juventud. Todos los futuros parecen difíciles de desbrozar; y aunque este tiempo inquieto de ahora te parezca inexpugnable, lo cierto es que siempre hay caminos que conducen a la consecución de los sueños. ¿Consideras, tal vez, que hubo otras épocas en las que todo era más sencillo? ¿Crees que te han tocado los peores tiempos del reparto? No sufras. Es obligación de los jóvenes pensar así, como lo es superar sus temores y seguir hacia delante, con la convicción de que las ilusiones acabarán por hacerse realidad. Es cierto que vivimos en un mundo cambiante, que anda aprendiendo a dejar de hacerse trampas a sí mismo. Y que las perspectivas de futuro aparecen desdibujadas ahora que el trabajo parece más un privilegio que un derecho; pero también lo es que es en este tiempo agitado y convulso, cuando podemos controlar más y mejor el dolor y la enfermedad, y cuando el milagro nuevo de que este texto que escribo vuele palabra a palabra a través de una red intangible, convive con otros antiguos como las Pirámides, Venecia o la penicilina. Éste es tu mundo. Tu regalo divino. A ti te corresponde cuidarlo y disfrutarlo para que mañana otros jóvenes crean que el tuyo fue mejor que el que les ha tocado a ellos.
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