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OPINIÓN: «El duelo a garrotazos»

La Razón
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Si encargásemos a Goya una pintura que reflejara la situación actual del mercado laboral en España, bastaría con que cambiara el ropaje de los personajes de su obra «Duelo a garrotazos»: un enfrentamiento entre dos «bandos» con posturas irreconciliables. La defensa sindical contra los recortes de los derechos de los trabajadores, en aras, de relajar los nervios de los mercados financieros.

En línea con lo argumentado por el magistrado del Tribunal Supremo, Aurelio Desdentado, en su libro «Despido y crisis económica», detrás de la invocación de la defensa de los derechos de los trabajadores nos encontramos con una realidad mucho más compleja, que obedece a un modelo de contratación «flexible en la entrada», pero con «rigidez de salida», que se traduce en la obligada convivencia de trabajadores fijos, con amplias garantías y con un cierto nivel de antigüedad en la empresa, con trabajadores temporales y sin apenas antigüedad. Y éstos han sido los primeros en sufrir el ajuste de plantillas, cayendo en el desempleo y con pocos visos de salir de él. En este contexto, debemos plantearnos la conveniencia de mantener las garantías de los trabajadores frente a los despidos económicos. En nuestro ordenamiento se establece un control formal y material sobre las causas de este tipo de despidos. El problema consiste en determinar el alcance y la correspondencia entre la decisión extintiva y la finalidad de mantener la viabilidad de la empresa. A diferencia de lo que ocurre en otros países de nuestro entorno, es el empresario quien debe elegir la opción que le parezca oportuna, aunque no sea la idónea.

Quizás fuera interesante reflexionar y tomar como modelo la regulación de países como Alemania, donde rige el principio de despido como última ratio: el despido puede ser calificado de socialmente injusto en el caso de que el empresario no haya considerado si el trabajador puede ser ocupado en otro puesto o centro de la empresa y si en la selección no se tuvo en cuenta la antigüedad, la edad, las cargas familiares o su discapacidad.