Estados Unidos

«Fair play» surafricano por Lucas Haurie

La Razón
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El nadador surafricano Cameron van der Burgh reconoció que para ganar los 100 braza empleó la patada de mariposa, una técnica prohibida por el reglamento, si bien la FINA no prevé el uso del vídeo para revisar los resultados. «Moralmente no es lo correcto, pero no voy a sacrificar mi trabajo de cuatro años para que venga otro, lo haga y se lleve una medalla», dijo antes de quedarse tan pancho.
Philip Hindes, primer relevista del equipo de velocidad británico, se tiró de la bicicleta adrede para provocar una segunda salida, ya que no estaba satisfecho con su demarraje. «Estaba previsto que si teníamos un mal comienzo, necesitábamos caer para poder salir de nuevo», declaró. Debidamente aleccionado, se desmintió media hora después asido a su condición de alemán nacionalizado: «No domino el idioma».
La Selección española de baloncesto, espoleada por la despreciable inmoralidad de los medios, perpetró un paripé infecto contra Brasil para procurarse unos cruces más favorables y no cruzarse con Estados Unidos hasta la final. La flagrante dimisión en defensa y la comisión de ¡¡cinco!! personales ofensivas en el último cuarto son incluso más elocuentes que la cara de sospechoso de mi simpatiquísimo paisano, Pepe Sáez, presidente y máximo responsable del basket nacional.
El argelino Taoufik Makhloufi fue excluido de los Juegos por retirarse sin motivo de las series de 800. Presentó contrarreloj, a posteriori, un parte médico que certificaba su lesión para que le dejasen participar en la final del 1.500 en la que, oficialmente lesionado, laminó a la concurrencia con una última vuelta digna de un cuatrocentista ante la admiración de la concurrencia.
Sobra la liturgia del juramento en la ceremonia de inauguración: todo el que puede, se caga en el espíritu olímpico.