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Rajoy confía en que las urnas avalen sus reformas por Carmen Morodo
Si las cosas les salen hoy tan bien como en la dirección nacional del PP están convencidos de que sucederá, el resultado de las elecciones andaluzas sumará a favor de la política de ajustes y de reformas del Gobierno. Ha sido el PSOE el que ha llevado interesadamente el debate a este punto, sometiendo toda su campaña a un mismo eslogan, el de la amenaza que representa la política de Mariano Rajoy para el Estado del Bienestar. En el ecuador de la campaña las encuestas dijeron que el equilibrio de fuerzas seguía igual, lo que el cuartel general de Javier Arenas interpretó como un signo definitivo de que la estrategia socialista no estaba siendo efectiva. Hoy serán las urnas las que dirán si ese análisis estaba bien encaminado.El PP andaluz ha seguido el modelo que el presidente del Gobierno ha experimentado, con muy buenos resultados, a nivel nacional: un perfil bajo y un discurso muy centrado en la crisis, esta vez en su vertiente autonómica: paro por encima de la media nacional, menor renta per cápita, pésimos resultados del sistema educativo... Y, a partir de ahí, Arenas y los suyos han dejado que la corrupción y las entradas y salidas del juzgado de los protagonistas del escándalo de los ERE hicieran el resto. Una mayoría absoluta del PP andaluz permitirá al Gobierno brindar esta noche por su triunfo histórico en el último feudo socialista que les quedaba por conquistar. Y no solo eso, ya que también reforzaría su posición ante la jornada de huelga general convocada para el jueves: sería su prueba de que hasta en una comunidad autónoma como la andaluza, con un índice de paro superlativo y con una importante sensibilidad a las políticas sociales, los ciudadanos entienden la gestión popular de la «herencia» recibida. En el PP están convencidos de que en la calle no hay un ánimo mayoritario de castigar a un Ejecutivo que acaba de llegar y que la opinión mayoritaria también entiende que no hay otra alternativa a la del ajuste del gasto público y el sometimiento a la regla del déficit. Por eso su preocupación con la huelga es bastante moderada. Igual de limitada que la trascendencia que conceden a las elecciones andaluzas. El resultado será bueno y no gobernar, ganando, no será un fracaso. «La victoria es más significativa que la derrota. Rajoy no se juega nada. Si gobierna, gana; pero si no gobierna, no pierde», comentan en Génova, desde la seguridad en que tendrán la mayoría absoluta. En relación a Asturias, la importancia no está en el resultado electoral, sino en la habilidad de la dirección del partido para gestionar la situación y tejer las alianzas. «Nadie va a tener una victoria clara y contundente. Y habrá que pactar», dicen. El objetivo del PP es ganar a Foro Asturias porque creen que, desde esa posición, les será más fácil llegar a un acuerdo y conseguir que Álvarez Cascos dé un paso atrás, una vez retirados los obstáculos personales que más enconaban los ánimos del ex ministro dentro de esta larga guerra cainita que ha diezmado al PP regional. Ahora, si Foro Asturias supera al PP en escaños, en Génova dan por casi perdido el acuerdo para frenar al gobierno socialista.En cualquier caso, ni las elecciones andaluzas ni las asturianas quitan el sueño a Rajoy y al PP. El presidente sigue ocupado y centrado en la crisis económica, y de mirar al partido, los comicios gallegos, que deberían celebrarse en marzo de 2013, serán la primera prueba de fuego electoral de esta Legislatura. «Y las vascas, en clave de Estado», añaden en Moncloa. Pase lo que pase, ésta será la semana de la huelga y de los ajustes que traigan consigo los Presupuestos.
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