Cataluña
Miles de funcionarios protestan contra el nuevo tijeretazo de Mas
BARCELONA– La psicosis se apoderó ayer del Parlament de Cataluña, temeroso de que la protesta de los empleados públicos contra los recortes de Artur Mas, acabara con un asedio como el del 15-J. Los doce sindicatos que cuentan con representación en la Administración convocaron una marcha, desde la plaza Sant Jaume hasta las puertas del Parlament, coincidiendo con el día en que se empezaban a debatir los presupuestos para 2012. Las mismas cuentas que recogen los ajustes que afectan a las condiciones laborales y salariales de los 234.000 trabajadores públicos y con los que la Generalitat pretende ahorrar 625 millones de euros. Unos 11.000 funcionarios, 30.000 según la organización, respondieron a la convocatoria.
Como medidas de prevención, el Parlament pidió a sus empleados que dejaran el coche fuera del Parc de la Ciutadella y les pagó el día de aparcamiento. También les aconsejó que acabaran pronto su trabajo, antes de que la marcha llegara a las puertas del Parlament.
Las medidas de prevención, a las que hay que sumar un despliegue de película de la unidad antidisturbios de los Mossos d'Esquadra para blindar el hemiciclo, fueron excesivas para lo que acabaría siendo una manifestación cívica de médicos, enfermeras, bomberos, mossos d'esquadra, profesores, personal de justicia y administrativos, en la que lo más salvaje que se oyó y se vió fue el grito de «Mas, cabró, retalla't els collons» y cuatro huevos lanzados contra la fachada del Parlament.
La marcha comenzó a las 17.45 horas, cuando los bomberos hicieron sonar una sirena ensordecedora, en el cruce de la calle Jaume I con Via Laietana bajo el lema: «No a los recortes, salvemos los servicios públicos». Las pancartas eran de lo más variopintas, con eslóganes irónicos como el que ofrecía «2.000 euros por un político honesto» y otros específicos como «La educación no se recorta» o «Mossos d'Esquadra en lucha», pero con una misma idea que bien recogía una foto de Mas con el lema electoral de «Empieza el cambio» y la nueva coletilla «Con este gobierno somos más pobres».
Ya por la mañana, los sindicatos convocaron reuniones en los centros de trabajo para informar a los funcionarios de que hay que movilizarse activamente para frenar la política de recortes presupuestarios y de personal que el Govern está llevando a cabo. Este mismo mensaje repitieron en un manifiesto pactado entre todas las fuerzas sindicales que se leyó a las puertas del Parlament y que los representantes de CC OO y UGT trasladaron a los diputados.
Preludio del día 28
Las palabras de Artur Mas, durante la sesión de control, ante la demanda de ICV de sentarse a dialogar con los funcionarios, irritaron aún más a los trabajadores públicos. Mas dijo que «cuando fuera del sector público se pasa tanto y tanto frío, dentro del sector público algunos sacrificios y esfuerzos se han de poder hacer». «Pero rebajar el sueldo de un interino de 1.100 euros a 770 euros –tras aplicar el recorte del 33 por ciento de su sueldo– con dos hijos a cargo y una hipoteca es un sacrificio extremo», lamentó una funcionaria. La protesta, que se disolvió a las 20.00 horas, dos horas antes del Madrid-Barça, fue un preludio de la marcha antirrecortes del día 28.
Espuma contra Interior
Unos 50 Bomberos de la Generalitat rociaron ayer con espuma la entrada de la sede de la conselleria de Interior. En la novena planta se estaba celebrando una reunión sobre los recortes entre los sindicatos y el departamento. Los representantes de Interior advirtieron de que cesarían las negociaciones si se continuaba rociando la calle de espuma, y al ver que no sucedía, se acabó el diálogo. Por su parte, la nueva reuinión entre funcionarios de prisiones y la conselleria de Justicia acabó con un «cierto aproximamiento de posiciones», según fuentes del departamento. Los sindicatos no bloquearán hoy ninguna cárcel, porque mañana habrá otra encuentro entre ambas partes.
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