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China

La oligarquía china al descubierto

Pekín censura a «New York Times.com» por revelar la fortuna oculta del primer ministro. El patrimonio amasado por los «príncipes rojos» abre una brecha social en el país

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PEKÍN- El primer ministro chino, Wen Jiabao, se ha presentado siempre en público como un reformista y un hombre sencillo, preocupado por las injusticias sociales y las desigualdades económicas acumuladas en las tres décadas de desarrollo desbocado que ha protagonizado su país. El también llamado «abuelo Wen», de 70 años, es la cara más amable y cercana al pueblo. Cultivando esa imagen, el año pasado subrayó en un discurso que su familia había sido «extremadamente pobre» durante toda su infancia.

Lo que no dijo Wen es cómo viven ahora los suyos, sobre todo teniendo en cuenta que, al menos sobre el papel, los salarios mensuales de los altos cargos del Partido Comunista Chino (PCCh) son extremadamente modestos. Una valoración de su patrimonio familiar publicada ayer en el «NewYork Times» responde a la duda, poniéndole números a algo que se sabía desde hace tiempo: que los Wen han amasado una gigantesca fortuna al calor del poder político. Según el periódico estadounidense, cuya edición digital fue censurada inmediatamente después de la aparición de lanoticia, varios de los parientes directos del primer ministro, entreellos su madre, su esposa y sus hijos, han controlado activos por valor de más de 2.000 millones de euros desde que Wen entró en política en 1992.

Las inversiones, escondidas tras una maraña de títulos de propiedad y barrocas arquitecturas empresariales, se reparten en sectores que se han disparado en los últimos años, tales como el bancario, el turístico, las telecomunicaciones, la construcción o las joyas. Parte del dinero procede además de empresas que han disfrutado de jugosas contratas públicas, por ejemplo en infraestructuras o tratamiento de residuos. Incluidas algunas de las faraónicas obras de los Juegos Olímpicos de 2008. El del «abuelo» Wen no es un caso aislado. Diferentes investigaciones publicadas en los últimos años demuestran que casi todos los miembros del poderoso Comité Permanente del Politburó se han enriquecido notablemente. Con una constante: lo han hecho siempre a través de familiares cercanos y sin figurar personalmente en títulos de propiedad o cuentas bancarias. Un sociólogo de la Universidad de Ciencia de Pekín, el profesor Zhao Xiao, firmó en 2009 un polémico estudio en el que sostenía que al menos el 90% de los multimillonarios chinos son «principitos rojos», es decir, pertenecen a una de las poderosas familias que controlan el Partido Comunista desde hace generaciones.

Según Zhao, menos de 300 de los más de 3.200 multimillonarios chinos registrados en 2008 habían conseguido su fortuna sin lazos deparentesco con los grandes clanes del partido. Desde finales de los años 70, China ha transformado su economía desde el comunismo más ortodoxo (sin propiedad privada) a un capitalismo dirigido por el Estado, pero sin renunciar nunca al sistema de partido único. Este proceso ha permitido que una minoría concentre todo el poder político y económico. Informes como el de Zhao indican que existe una auténtica oligarquía hereditaria que se reparte con la misma naturalidad acciones de empresas y altos cargos en la Administración. Y muchos de los grandes magnates de hoy son, ironías de la Historia, los descendientes de aquellos revolucionarios que se unieron a Mao para acabar con las desigualdades sociales de la antigua China.

«Difamar a China»
Las propiedades y la vida privada de los altos jerarcas del partido constituyen, además, un secreto de Estado, siendo uno de los temas más censurados para los medios de comunicación chinos. Ayer Pekín acusó al «NYT» de «difamar a China» aunque no desmintieron la información. Otro de los líderes cuya fortuna ha quedado al descubierto en los últimos meses es Xi Jinping, actual vicepresidente y llamado a ser el próximo presidente en el proceso de transición que se abre el 8 de noviembre. Según un informe de Bloomberg hace unos meses, la familia de Xi habría acumulado acciones por valor de más de 250 millones de euros y participaciones sustanciosas en empresas con capitales que superan los 1.000 millones de euros.

Bo Xilai pierde la inmunidad
Mientras la cúpula del Partido se prepara para el inicio del Congreso, el exgobernador de Chongqing, Bo Xilai, perdió ayer la inmunidad parlamentaria al ser excluido de las filas de la Asamblea Nacional Popular. A partir de ahora, podrá ser juzgado por un tribunal.
Bo, político carismático y líder de una de las facciones de Partido,cayó en desgracia a principios de año y ahora se espera que responda de varios cargos, entre ellos «corrupción masiva». La fecha del juicio no se ha hecho pública, pero varios expertos creen que el Partido pretende dejar atrás su caso antes de que comience el crucial cónclave de noviembre.