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Rajoy desmonta al PSOE: «En cuatro años tres millones de parados»

Rajoy desmonta al PSOE: «En cuatro años tres millones de parados»
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MADRID- Mariano Rajoy se estrenó ayer en el Senado en su primera sesión de control como presidente del Gobierno. La reforma laboral y el control del déficit monopolizaron el duelo verbal con el portavoz socialista, Marcelino Iglesias, y con el senador de CiU Jordi Vilajoana, de tal modo que las preguntas de la oposición le sirvieron de telón de fondo para solemnizar que no dará un paso atrás en sus reformas ni en los objetivos de reducción del gasto en este año para todas las administraciones públicas. Sobre la reforma laboral, no pudo ser más contundente ante la presión socialista en el Congreso, que se traducirá esta semana en un primer debate en Pleno. El mejor resumen de su posición política está en una de las afirmaciones que dirigió al representante catalán en su cara a cara: «Vivimos un momento difícil y nos ha tocado hacer muchas cosas a la vez. Vamos a intentar hacerlo de la manera más justa y equitativa, pero es el momento de sembrar para recoger en el futuro. Lo imperdonable sería que el Gobierno no tomara decisiones. Tenemos un objetivo claro, un rumbo marcado, y el Gobierno va a seguir tomando decisiones en favor de la recuperación económica y de la creación del empleo», explicó.

Su rifirrafe con el portavoz socialista lo resolvió con un golpe seco: recordar los tres millones de puestos de trabajo perdidos en los cuatro últimos años, bajo mandato socialista. Eso, a su juicio, desautoriza al PSOE para hablar de despidos y para dar lecciones sobre reformas laborales, porque en su etapa de gobierno aprobaron dos, «sin acuerdo con los sindicatos y hubo una huelga general, que no apoyé», subrayó.
Rajoy está firmemente decidido a no modificar los ejes centrales de la reforma laboral aprobada por el Consejo de Ministros, precisamente algunos de los más cuestionados por el PSOE y los sindicatos, como el de la revisión del despido. «No es razonable ni puede hablar de despidos», le espetó a Marcelino Iglesias por centrar su ataque en el lema de que lo que viene es el «despido libre y gratuito de los trabajadores». «Choca» con la Constitución, proclamó Iglesias sobre el cambio en el mercado laboral. En su réplica, el presidente del Gobierno lo defendió como «necesario», porque facilitará que en unos meses haya contratos. «Ya que no hicieron lo que deberían haber hecho, no es razonable que nos impidan ahora hacerlo», argumentó.

La reforma del contrato por formación y aprendizaje facilitará la incorporación de los jóvenes al mercado laboral, se mostró convencido Rajoy. Y la flexibilidad que se introduce en las relaciones laborales es la salida para acabar con el hecho de que la «única solución de las empresas ante las dificultades» fuera el despido. «La reforma laboral no genera inquietud. Lo que genera inquietud es que en España haya más de cinco millones de personas que quieren trabajar y no pueden, y un millón y medio de familias con todos sus miembros en el paro», le contestó al portavoz socialista, quien también se estrenaba en sus nuevas responsabilidades en la Cámara Alta en esta legislatura. Casi al mismo tiempo que se iniciaba la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera, en la que se habló del déficit autonómico y de los pagos a proveedores, Rajoy solemnizó su responsabilidad sobre la situación financiera de todas las administraciones públicas porque en el exterior habla en nombre de España, «del Estado y de las comunidades y ayuntamientos».

 

Insta a la bancaa dar crédito
El presidente del Gobierno instó ayer a la banca a que conceda créditos a proyectos de inversión viables y a empresas y familias solventes. Mariano Rajoy hizo estas manifestaciones en la clausura del Encuentro Financiero Internacional Bankia 2012, tras repasar las reformas que ha emprendido su Gobierno que «conjugan el impulso a un nuevo crecimiento económico, el saneamiento de las finanzas públicas y el compromiso con los criterios de reducción del déficit». En su opinión se trata de «una batería de medidas claras y ambiciosas, justas y equitativas, que no nos sacarán de esta crisis en uno, dos o tres meses... pero que serán una valiosa herramienta para edificar el futuro de nuestra economía».