Elecciones municipales
Con pico y pala «apoyaos» en la cadera
Las adolescentes se quedaron en un «¡qué fuerte!», los más mayores le desearon «¡suerte!» y hasta dos curas le gritaron «¡guapa!». Esperanza Aguirre volvió a revolucionar, como ya lo hiciera en 2007, la pradera «electoral» de San Isidro.
En dos horas sólo logró recorrer 300 metros, los que van desde el inicio del paseo hasta la Ermita de San Isidro Labrador. Y es que la versión «chulapa» de la candidata del PP, que acudió acompañada por su madre y dos hermanas, provocó un auténtico fenómeno fan en la pradera. «¡Mira la Espe, qué maja!», se escuchaba a su paso. Aguirre estrenaba vestido en el mismo blanco de su cartel electoral, confeccionado especialmente para ella por cortesía de la tienda «Maravillas», de la calle La Sal; sombrilla del mismo color, porque le han recomendado que no le dÉ el sol, y complementos color «azul PP», como las cintas, el mantón y los claveles. Además, como toque personal, escogió unos pendientes de perlas, piedra que la experta en moda de LA RAZÓN, Aitana Ferrer, le aconsejó desde las páginas de este periódico porque son «las que más van con ella». Aguirre no pudo beber agua del Santo porque se negó a saltarse la cola, pero sí atendió al «mi madre está en una residencia y no tiene...» o «a la guardería de mi niño le falta...», a la vez que firmó autógrafos, se hizo fotos, repartió besos, cantó y contoneó caderas al ritmo del chotis «Los Nardos», que su «guardia» de concejalas del PP Alcobendas compuso para ella: «Por la calle de Alcalá, Esperanza viene y va, ‘pico y pala' ‘apoyaos' en la cadera».
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